El embarazo en la adolescencia pareciera ser hoy mas que nunca, “pan de cada día”. Por cierto este inicio precoz de las relaciones sexuales ya se hace notar con mayor frecuencia, haciendo noticia en diversos medios informativo de prensa, radio y televisión, en donde se ha dado a conocer recientemente un claro incremento de una realidad que afecta al mundo adolescente. Es decir en jóvenes cuyas edades fluctúan entre los 15 y 18 años de edad, quienes pese a la enorme cantidad de planes, programas y proyectos en acción tendientes a enfrentar esta preocupante realidad en nuestro país, los embarazos ya alcanzan a un porcentaje de 14,9 % , cifra la cual evidentemente no incluye aquellos embarazos no llevados a término, con lo cual se manifiesta otro grave problema de salud como son los abortos, hechos lamentables que manifiestamente ocurren especialmente en esa población de mayor vulnerabilidad social y económica, inclusive con serios riegos para la salud juvenil, inclusive con peligros de muerte. Según estudios realizados en nuestro país el 40% de los adolescentes escolares han tenido relaciones sexuales, 47% de los hombres y 32% las mujeres, siendo más alto en el nivel socioeconómico bajo con un 63%, seguido del nivel medio con un 49%, y por último en el nivel alto con sólo un 17%.

Los estudios indican también que la relación sexual precoz es extendida en comunidades campesinas, algunas zonas suburbanas y en las clases sociales bajas de las grandes ciudades. La mitad de los embarazos adolescentes ocurren durante los 6 meses siguientes al inicio de la actividad sexual, y el 20% en el curso del primer mes. De estos jóvenes no más de un 30% usan algún método anticonceptivo en ese período, confiando en que “eso no les iba a pasar”. Por otra parte igualmente se sabe que durante el año siguiente al parto, el 30% de las jóvenes quedan nuevamente embarazadas, y entre el 25% y el 50% durante el segundo año.

Para enfrentar esta dura realidad, el Ministerio de Educación hace solo días ha dicho que piensa desarrollar una nueva política de acción que comprenda la implementación de a lo menos siete programas de sexualidad en las escuelas, complementado con todas aquellas gestiones de Orientación que cada establecimiento educacional pueda desarrollar. Sin embargo resulta evidente que el embarazo adolescente es una realidad social que no solo atañe a las personas y familias comprometidas, sino también a las instituciones gubernamentales de salud pública Cabe señalar que el embarazo en el adolescente ya hace bastante tiempo, dejó de ser un problema particular y predominantemente familiar para transformarse en un tema público.

Tal realidad, junto con constituir entonces un claro problema público, compromete también a innumerables otros factores y pese a toda gestión que se realiza tendientes a enfrentar debidamente esta dramática situación, las estadísticas expresadas en cifras, datos y porcentajes demuestran que el problema va cada día en aumento. Sin embargo cabe agregar que para evitar tal situación ello no implica necesariamente tener que dar una mayor cobertura a la información y al uso de los métodos anticonceptivos como a veces se piensa, sino más bien, a mi juicio, es un tema netamente valórico y de responsabilidad social que debiera hacerse carne en la conciencia social y estar predominantemente inserta en el grupo familiar, especialmente en los estratos de mayor precariedad y pobreza, realidad a la cual a veces se suma la existencia del alcohol y la droga.

Con lo anterior no se quiere decir que el embarazo adolescente solo se produzca en los sectores de pobreza, pues los factores de riesgo existen en todas las clases sociales, pero indudablemente tiene más probabilidades de ser madre, una niña de bajo estrato social que una con mejor situación económica y padres profesionales. Sin duda el embarazo adolescente se da con mayor frecuencia en los sectores de pobreza, puesto que es un sector altamente vulnerable por la eventual dificultad que implica para los jóvenes el no tener fácil acceso a las múltiples necesidades requieren satisfacer y dentro de ello obviamente el libre ingreso y permanencia en el sistema escolar lo que trae como consecuencia desconocimiento y una clara falta de consciencia de lo que significa ser padre o ser madre. Es lisito preguntarnos entonces, ¿cuáles serian las remediales mas urgente qué habría que implementar? y ¿que instituciones sociales debería estar fuertemente comprometidas a fin de poder enfrentar con mayor eficacia esta grave situación?

En tal sentido no pretendo dar soluciones ni opiniones al respecto, simplemente deseo dejar planteada algunas interrogantes a fin de que cada lector de este espacio de comunicación, pueda dar libremente su opinión, partiendo de algunos supuestos como: ¿serán las autoridades de salud pública?, ¿será un problema netamente educativo que atañe preferentemente a la gestión escolar? ¿Qué responsabilidades tiene en este asunto el núcleo familiar y el accionar de los padres fundamentalmente? ¿Qué compromiso deben asumir los medios de comunicación en esta critica realidad por la cual atraviesa el adolescente de hoy?.

Al parecer resulta obvio que “el embarazo adolescente” se asocia quiérase o no a un problema de pobreza, y a una falta de mayores y mejores oportunidades para esa juventud más vulnerable tanto social como económicamente, muchos de los cuales no tienen oportunidades debidas para su crecimiento personal y social. Mi experiencia como consejero educacional me dice que esta cruel realidad tiene mucho que ver con la inestabilidad familiar, la existencia de hogares desmembrados o mal constituidos en que se observa principalmente un claro abandono o descuido de los hijos por parte de sus padres, en donde no existe armonía familiar y mucho menos comunicación padre-hijos puesto que muchos niños y jóvenes pasan solos gran parte del día, a lo que se suma muchas veces un alto grado de deserción escolar.

No obstante seríamos muy injusto en suponer que toda la responsabilidad deba recaer en la familia, aunque ella como núcleo social básico en nuestros días evidentemente esta en grave crisis, en donde el matrimonio por ejemplo como gestión que permite legitimar una relación de parejas, hace rato que ya paso a ser historia, aumentando así la cantidad de jóvenes que viven tan solo como convivientes o simplemente asumen su vida como padres o madres solteras.

Tampoco podemos desconocer los efectos negativos que ejercen en nuestra juventud algunos medios de comunicación, con especial relevancia en la televisión, que constituye sin duda otro importante factor de riesgo, lo cual y sin caer en una crítica extrema, considero que es un medio en que a menudo se observan programas que en nada favorecen a la formación valórica, dándose por ejemplo; amplia cobertura a la farándula con libre tribuna a ciertos personajes que queriendo destacar no trepidan usar del escándalo, a una trama de celos, conflictos, chismes, patraña y sexualidad, con entrega de mensaje e imágenes que sin duda son pésimo ejemplo para nuestra juventud, desvirtuando por cierto su entorno valórico y motivándoles sin querer al desarrollo de una sexualidad y paternidad irresponsable …

Y usted mi estimado lector ¿Qué opina al respecto? ¿Quiénes serian los grandes responsables de esta realidad de precoz embarazo adolescente? ¿Qué debiera hacerse?