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Este es el crudo título con el que circuló una nota por medios sociales como Facebook y Tumblr durante toda la semana pasada. La nota original [11], escrita por Oscar Arias Rojas el jueves 11 de agosto, relata el violento accionar de las Fuerzas Especiales con Francisco Arias Rojas, su hermano, tras realizar una acción tan simple como darle tarjeta roja a un "guanaco".

"Mostrar una tarjeta roja bastó para que el carro lanza aguas dirigiera un chorro sobre su cabeza. Resbaló, se desorientó, y mientras trataba de volver en sí, vio como un piquete de seis carabineros de fuerzas especiales se dirigían a él. Se puso de pie. Trataron de someterlo y mi hermano forcejeó. Mientras un carabinero le apretaba el cuello los otros le hacían zancadillas y trataban de quitarle su cámara (...) Lo levantaron tomándolo de sus brazos y piernas y lo subieron al bus. No sabía que en del bus lo iban a torturar..."

Varios reconocieron haber presenciado el hecho y, gracias a la gran velocidad de difusión de este testimonio, se recopiló evidencia por Internet: "muchas personas que habían sacado fotos o grabado reconocieron el caso y nos enviaron el material", relata Oscar Arias. Mientras, otros se preguntaban qué ocurrió con el afectado o quién era. El informe médico de lesiones [12], realizado aquel día, revela la gravedad de las lesiones de Francisco Arias: fractura de dos costillas, una contusión en el párpado, heridas punzantes y problemas en la espalda.

Hasta el momento, Carabineros no se ha pronunciado sobre el caso y la familia se prepara para presentar acciones legales contra la institución. Mientras, Francisco Rojas se recupera de sus lesiones en su hogar, como cuenta su hermano: "Ahora está mucho mejor, con dolor aún, pero puede salir de la casa y todo".