Después de estos meses de vacaciones y el relajo en los horarios para comer, ver televisión, jugar o irse a la cama, volver a las rutinas y recuperar los hábitos escolares son parte de los desafíos de la vuelta al colegio. “Un hábito es una conducta o acción que se repite regularmente y que después de aprendido, no requiere casi ningún esfuerzo. Siempre se están formando hábitos”, recalca la psicóloga Claudia Soto, del programa “Aprender en Familia” de Fundación CAP.

Si los padres no fomentan estas buenas prácticas en sus hijos, se pueden generar las conductas contrarias. Es decir, si no enseñan a preparar la mochila antes de acostarse, el niño o niña puede  acostumbrarse a hacerlo a última hora; si no le inculcan hacer las tareas al llegar en cierto horario, les costará más tener un orden y organización frente a los deberes escolares.

“Un niño con sólidos hábitos de estudio tiene un mejor rendimiento, se siente más tranquilo frente a las exigencias escolares y tiene menos ‘peleas’ con sus padres por este tema”, asegura la psicóloga de Fundación CAP.

Si este trabajo de formación de hábitos no se ha hecho desde pequeños, nunca es tarde. Las claves de éxito para lograrlo son la constancia, la paciencia y el refuerzo. “Se recomienda repetir la conducta una y otra vez, como ‘trabajo de hormiga’, lo que implica tiempo y perseverancia; es fundamental el reconocimiento positivo de los pequeños logros que se vayan alcanzando”, aconseja la experta. “Los padres deben tener presente que no todos los niños se demoran lo mismo en adquirirlos, a algunos les costará más, por eso es importante transmitir mensajes positivos que refuercen este proceso. Mientras antes se comiencen a formar o retomar hábitos, más fácil y rápido será lograr su consolidación”, agrega Claudia Soto.

En los primeros años de colegio, es necesario guiar a los niños y niñas para que entiendan la importancia de cumplir con las responsabilidades que la vida escolar conlleva. Si bien no es recomendable que los padres tomen toda la responsabilidad, sí deben acompañar, supervisar, recordarles las tareas y revisar si están cumpliendo con lo que se les pide, de acuerdo a la etapa del desarrollo en que se encuentren, hasta que ellos puedan hacerlo por sí solos.

“El éxito para que este proceso necesite menos esfuerzo y trabajo de parte de la familia tiene que ver con establecer una rutina que ponga las responsabilidades de la escuela como prioridad y que permita ir formando los hábitos necesarios en este ámbito”, explica la experta de Fundación CAP. Es muy difícil que un niño sea un buen estudiante sin la guía e incentivo de sus padres. Incluso, este apoyo puede hacer la diferencia entre un niño o niña que rinde el mínimo y uno que se desarrolla al máximo de su potencial.

Recomendaciones del programa “Aprender en Familia” para retomar los hábitos de estudio después del periodo de vacaciones:

• ·  Preparar el lugar de estudio con buena iluminación, materiales cerca y organizados, y la silla en una posición que facilite la concentración. Si no hay un escritorio puede usarse el comedor.
• ·  Lejos de distractores. La TV, el celular, la ventana hacia la calle, los juguetes sobre la mesa y el desorden, entre otros, hacen que el niño o niña se distraiga y demore más en sus tareas.
• ·  Intentar mantener el mismo horario. Ojalá tenerlo escrito en alguna parte para que lo pueda ver y seguir autónomamente. Nunca después de comer ya que disminuye la concentración y tampoco después de una actividad muy atractiva, ya que será difícil desconectarlo. Al contrario, poner ésta después de terminar las tareas y estudio para que sea un estímulo.
• ·   Preocuparse de dejar tiempo para preparar los materiales, mochila y uniforme para el otro día.    
• ·  Cuando  terminen de hacer sus deberes escolares es bueno que un adulto le revise su tarea, firme su agenda (dependiendo de la edad del niño o niña) y lo felicite por su esfuerzo y logros alcanzados.