Mamá humana: La maternidad y el peso de las culpas

Mamá humana: La maternidad y el peso de las culpas

11 Septiembre 2020

Cuando llega la hermosa noticia de la llegada de un hijo/a (sea el número de hijo que sea), es un anuncio sin duda maravilloso, pero casi sin pensarlo viene de la mano con sentimientos que muchas veces nos desbordan y desequilibran… la maternidad va de la mano con la culpa.

Sofía Coscolla >
authenticated user Corresponsal Corresponsal Invitado

Quizás parto de forma poco alentadora para las mujeres que aún no son mamás o las que están embarazadas por primera vez, tranquilas… la idea es normalizar absolutamente esto y que te sientas acompañada, que sientas que no eres la única que se siente así y que a todas nos ha pasado en mayor o menor grado.

Te puede interesar: Acerca de la lactancia: Mitos y verdades

¿Por qué es importante que hablemos de esto? Porque quizás te sentiste rara, te sentiste mal y la culpa te comía el cerebro al pensar o sentir X cosa sobre tu embarazo, hijo/a, tiempo libre, etc.

Me gustaría hablar sobre el primer embarazo y hacer mención a los comentarios que nos invaden de miedo y angustia (que por supuesto una jamás los pide) y que por lo demás no son constructivos y no aportan en nada. Por ejemplo: “aprovecha de dormir” ¿qué tipo de comentario es ese? ¿Sabías que los recién nacidos duermen aproximadamente de 16 a 20 horas y que desde los 3 hasta los 6 meses de 14 a 16 horas? Obviamente no duermen de corrido y es mucho trabajo tener un bebé, pero dormir sí se puede.

Desde este tipo de comentarios vamos sintiendo cómo la culpa y el miedo se va apoderando de nosotras, cosa que no nos ayuda en nada. Te aconsejo que leas, que te actualices, que preguntes a personas que tú sabes que te van a contar sus experiencias positivas y negativas y si son negativas van ir de la mano con alguna solución que encontraron para ese problema.

Si ya fuiste mamá, no contagies a otras con ese tipo de comentarios que no suman en nada, pregunta si armó el bolso, qué cosas piensa llevar, aconséjale que lleve un pinche para el pelo o algo que sea útil, algo simple que la llene de optimismo, que no sea entrometido, sobre todo si no te pidieron ayuda, dile algo que la pueda ayudar o simplemente da aliento.

¿Por qué será que las personas cuando pueden, siempre tienen o buscan el momento para decir algo inapropiado? ¿Por qué no existe más apoyo entre nosotras y así poder hablar los temas de forma amable y cercana? Recuerda que en este camino de maternar estás formando un ser humano, que nuestros hijos aprenden de nosotros, que imitan, que repiten y que forjan sus conductas para el resto de la vida gracias al ejemplo de los padres y personas cercanas. Que imiten cosas positivas, incentivemos la solidaridad, incentivemos el compañerismo, incentivemos ayudar a otro.

Como mencioné, la culpa muchas veces la vivimos de forma silenciosa, pero ¿sabes qué? Te quiero hacer una invitación… ¿Qué te parece si comienzas a expresar lo que estás sintiendo? O simplemente a aprender a ponerle nombre a lo que sientes. Comunica lo que te pasa, lo que te molesta, lo que estás pensando y lo que te tiene incomoda. ¿Te han visto llorar tus hijos alguna vez? Quizás pensaste que esta última pregunta es como algo prohibido y te imaginaste a una mamá encerrada en el baño o escondida para poder hacerlo… ¿Por qué? Me parece que es horrible tener que esconderse para poder hacerlo. Imagínate si estuvieras feliz y tuvieras que hacer lo mismo, ¿no te parecería extraño? Ambos casos están perfectos, jamás debes esconderte o decir que nada pasa. Los niños nos leen y se dan cuenta que algo pasa y no sabes lo angustiante que es para ellos ver a la mamá diferente y que les digan que no pasa nada.

Intenta hacer el ejercicio cuando tu hijo te vea llorando, explícale que la mamá también llora, la mamá se cansa, la mamá se enoja, la mamá a veces también quiere estar tranquila, que todos tenemos un tiempo para poder volver a la calma, que la mamá también se pone feliz, que la mamá también puede llorar de emoción, etc… normalicemos las emociones de la mamá, por favor.

Nosotras como mamás tenemos que normalizar que nos equivocamos, que podemos pedir perdón y que asumir un error no nos va hacer menos mamá, jamás seremos menos mamá por “disculparnos”. Con esto, además, estamos enseñándoles a nuestros hijos que todos podemos equivocarnos y pedir perdón, que eso es normal. 

Para los niños vivenciar las emociones y sentimientos no es fácil y una forma de ayudarlos es siempre validar sus emociones y ponerles nombre. Tenemos el típico ejemplo de cuando un niño se cae: “¡ya, arriba, arriba! ¡No te pasó nada! ¡No llores!” de esa forma es exactamente como no debemos reaccionar.

Si pasó algo y el niño/a se cayó, se asustó, le dolió o quizás se enojó, se frustró, sintió vergüenza o miedo, lo más sano sería contenerlo y decirle: “te caíste, ¿estás bien? ¿Tienes (ponerle nombre a su cara o llanto) pena, rabia, susto, dolor? Luego abrazarlo e incentivarlo a que siga en la actividad que estaba realizando, contenerlo y validar sus emociones es fundamental para que vaya aprendiendo a identificar lo que siente.

Y para las mamás funciona lo mismo. Una madre trata amorosamente a su hijo/a y a veces olvidamos hablarnos así a nosotras mismas. https://www.instagram.com/mamapsicoloca/