El Intendente del Biobío Víctor Lobos inauguró 31 viviendas tipo palafitos que fueron entregadas a familias de la localidad de Coliumo, afectada por el terremoto y tsunami del 27 de febrero del 2010.

En el acto además participaron el Delegado Presidencial de Aldeas y Campamentos; Felipe Kast, el seremi de Vivienda, Rodrigo Saavedra  y dirigentes sociales que recibieron con satisfacción las casas que fueron diseñadas considerando una profundidad de inundación relativa al lugar de emplazamiento.

Al respecto el seremi de Vivienda, Rodrigo Saavedra indicó que “hay que dejar claro que estas viviendas no garantizan la vida de las personas. Ellas, de igual modo, van a tener que arrancar igual frente a una ola de tsunami. En todo caso, una vivienda palafito aumenta la probabilidad de que la casa quede en pie. Por tanto, las familias van a poder volver, limpiar y reparar su casa, para así continuar viviendo en su casa”, señaló Saavedra
El Intendente Víctor Lobos, por su parte manifestó que “la idea de las casas palafitos tienen un costo mayor, pero eso está compensado por la seguridad que proporciona, por la felicidad de que la gente volvió a su lugar. Acá la mayoría de ellos son pescadores que tienen que vivir al lado del mar, de sus artes de pesca, entonces nosotros como autoridades de Gobierno nos sentimos orgullosos por el trabajo que se ha hecho. Acá se trabajó muy bien en periodos muy difíciles, de gran inquietud social y logramos trabajar juntos”, indicó Lobos.

Por último, Sara Garrido, dirigente del sector beneficiado expresó que “este es un momento muy importante, un sueño anhelado desde hace dos años donde tengo que destacar la participación y voluntad de todas las partes, porque no era fácil construir el borde costero, pero lo más importante es que tenemos la casa propia”, dijo Garrido.

Resistencia al tsunami

La estructuración en planta de los elementos se ajusta a las condiciones del lugar, ya que no es lo mismo considerar un impacto por el costado de la casa que un impacto frontal. El criterio básico empleado es disponer la menor cantidad de elementos posibles (muros) en sentido perpendicular al flujo de agua, disminuyendo así las fuerzas que el agua ejerce sobre la estructura (a menor oposición al flujo de agua, menor resistencia y menor fuerza).
La estructuración también debe responder a criterios sísmicos, por lo que la vivienda también es verificada para los esfuerzos derivados de un eventual sismo, lo que no implica que la casa resiste un tsunami y un terremoto al mismo tiempo, pero sí es capaz de resistir un tsunami después de un terremoto.

La intención de hacer la casa con un primer piso NO habitable (palafito) es precisamente que los espacios habitables (cocina, dormitorios, etc.) se ubiquen por sobre la profundidad de inundación, de tal manera de reducir al máximo posible los efectos del tsunami en la casa misma.