Familias de Curanilahue dejaron atrás tres años de vida en aldeas

19 Junio 2013
Hace dos semanas recibieron sus viviendas definitivas y ahora se encuentran desarmando las mediaguas que los albergaron durante el proceso de reconstrucción.
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Emociones encontradas tuvieron los otrora habitantes de aldeas de Curanilahue, luego de que después de tres años de permanencia en situación de emergencia dejaran definitivamente atrás los terrenos que los albergaron y donde comenzaron una nueva y difícil etapa de sus vidas tras el terremoto del 27/F. 

En una sencilla, pero significativa ceremonia, realizada en la ex aldea Cerro Verde, se reencontraron dirigentes y habitantes de los ocho asentamientos que compartieron experiencias y fueron testigos del desarme de las últimas viviendas de emergencia. Allí reconocieron que vivieron años difíciles, pero para beneficio de todos fueron más importantes los lazos que lograron estrechar y que ahora, cuando constituyan su nuevo barrio, serán parte importante en la conformación de la comunidad. 

“Estamos muy contentos y satisfechos con los avances que hemos tenido en la erradicación de aldeas. Hoy estamos cerrando las ocho que se instalaron en Curanilahue, que se suman a otros siete cierres comunales en la Región del Biobío. Vemos como la gente ha recibido muy bien el trabajo que realizamos por ellos y lo más importante es que ya se encuentran en posesión de su vivienda definitiva, la que les permite dejar atrás más de tres años de permanencia en asentamientos de emergencia”, destacó Ana Claudia Amar, secretaria ejecutiva de Aldeas y Campamentos. 

La máxima autoridad de la comuna, Luis Gengnagel, coincidió con los dichos de la secretaria ejecutiva y señaló que “es importante el trabajo que realizó el gobierno del Presidente Piñera en la comuna, en especial por la reconstrucción de las aldeas. Nosotros como municipio estamos muy contentos, porque fueron nuestras familias las que se vieron beneficiadas con viviendas de muy buen estándar de calidad y, por lo demás, muy bonitas”. 

Por su parte, Sergio Maldonado, dirigente de la aldea Cerro Verde, expresó que “después de dejar las aldeas atrás, ahora nos queda armarnos como barrio y espero que mis vecinos sientan lo mismo, para poder surgir, tanto a nivel social como cultural. Tenemos que dejar atrás el hecho de que vivimos en un campamento y darle la dignidad a nuestra población, que se merece y nos merecemos”. 

Durante la ceremonia, en la que participaron también dirigentes de clubes deportivos de Curanilahue, Ana Claudia Amar entregó un cheque simbólico al alcalde de la comuna por 20 millones de pesos, cifra que se suma a 30 millones entregados el año pasado, y que serán destinados para la recuperación y mejoramiento de canchas de fútbol que albergaron a seis aldeas.

“En un gesto humanitario muy grande, los dirigentes deportivos postergaron sus actividades para facilitar los terrenos de sus canchas de fútbol, en donde se instalaron aldeas. Nosotros en agradecimiento a ese gesto, queremos que éstas se recuperen y más aún que Curanilahue recupere su actividad deportiva, ya que sabemos que sus habitantes son muy buenos futboleros”, explicó la autoridad de Aldeas y Campamentos. 

Finalmente, autoridades y familias colaboraron en el traslado de enseres de Emilce Torres, vecina de Cerro Verde que comenzaba el cambio a su nuevo hogar.

“Estoy contenta, mucho, porque ya mis hijos no crecerán en la humedad y el frío. Muchas veces los tuve que mandar al colegio con la ropa húmeda, porque no tenía donde secarla y cuando la podía secar, la humedad que se colaba por las ventanas y las puertas las volvía a mojar. Nuestra casa de ahora es calentita y segura, lo más importante es que tiene el baño adentro”, manifestó la mujer, quien vive con sus dos gemelos de 10 años y su hija de 12. 

Cabe destacar que hace dos semanas las familias de aldeas recibieron sus viviendas definitivas. Tras el terremoto de 2010, en la comuna se instalaron ocho aldeas que albergaron a 184 familias, las que actualmente se encuentran en posesión de su casa propia o bien son portadoras del subsidio de arriendo, a la espera de recibir las llaves de su nuevo hogar.