El surgimiento de un nuevo desafío: La telemedicina

El surgimiento de un nuevo desafío: La telemedicina

21 Septiembre 2020

Los avances tecnológicos están moldeando nuevos paradigmas en las relaciones entre los individuos y éstos en la actualidad, se han visto en la necesidad de tomar un rol protagónico. La salud, un bien fundamental del ser humano, no ha sido la excepción.

Juan Sebastián Muñoz >
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La telemedicina se define como la utilización de las tecnologías de la información y la comunicación para la transferencia de información médica con finalidades diagnósticas, terapéuticas y educativas. En términos sencillos, consiste en la provisión de servicios médicos a distancia utilizando medios electrónicos y de telecomunicaciones.

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El avance progresivo de la aplicación de las telecomunicaciones en salud no es “nada nuevo bajo el sol”, ya en el 2001, un equipo de cirujanos franceses operó con éxito desde Nueva York a un paciente situado a 7.000 kilómetros de distancia, en un hospital de Estrasburgo, manipulando remotamente el brazo de un robot. Luego de ello, muchos casos similares han ocurrido en el mundo.

Desde sus orígenes, la motivación principal para el uso de la telemedicina ha sido la de facilitar el acceso a los servicios sanitarios desde lugares remotos y aislados. La experiencia muestra que este tipo de tecnología presenta un potencial muy apreciado para la atención, educación y formación, evitando costes de tiempo y desplazamientos. En un entorno de limitaciones presupuestarias y contención del gasto, la telemedicina aparece como uno de los caminos para reducir las brechas, aumentando la eficiencia en la atención en salud, disminuyendo la necesidad de derivaciones, optimizando así los recursos sanitarios.

En un lugar geográficamente aislado del resto del país y a su vez tan extenso e inhóspito en sí mismo, como la región de Aysén, la telemedicina nos ha venido a dar un espaldarazo, ayudándonos a aumentar la capacidad resolutiva de la atención primaria y de los hospitales de baja complejidad, también nos ha permitido mantener la continuidad de la atención de nuestros pacientes y además, nos ha ayudado a acortar las distancias con hospitales de referencia nacional, como ha sido el vínculo establecido con el Hospital Dr. Hernán Henríquez Aravena de la ciudad de Temuco.

Con dicho recinto, específicamente con la red Neurovascular del Servicio de Salud Araucanía Sur, logrando a través de la telemedicina la valoración a distancia de los pacientes, estableciendo un filtro para quienes requieren una evaluación presencial, además de permitir priorizar las atenciones, según sea la necesidad (atención personalizada). Es así, como en la región de Aysén la telemedicina ha venido a mejorar el acceso a la salud y ha ayudado a lograr una continuidad asistencial oportuna.

Pareciera ser que la telemedicina, es una herramienta que debemos pulir, pues nos ayuda a dar pasos más certeros, evitando que tano la distancia como la geografía de las regiones sean impedimento para alcanzar una atención sanitaria equitativa, oportuna y de calidad. De esta forma, la adopción de una perspectiva de análisis social de la tecnología será la que producirá resultados concretos, y no simplemente la aplicación de una tecnología determinada.

La telemedicina se erige como una apuesta para dar solución a los retos socioeconómicos a los que se enfrentan los sistemas de salud. Su papel en la optimización de los recursos sanitarios, la mejor gestión de la demanda, reducción de las estancias hospitalarias y disminución del número de desplazamientos, aumenta la importancia de esta tecnología para la mejora de la eficiencia y sostenibilidad de los sistemas de salud.

Son muchos los desafíos que se nos vienen por delante, entre los que hay que considerar: el contar con una red de telecomunicaciones adecuada y adaptable; el desarrollo de normas y protocolos de trabajo; la aceptación por los profesionales de la salud; el desarrollo de modelos de explotación y financiación sostenibles; la organización y gestión de los servicios; los aspectos legales; las cuestiones de intimidad, seguridad y confidencialidad; la adecuación al cambio tecnológico; la evaluación de los sistemas; y la educación tanto de los pacientes como de los profesionales de la salud para adaptarse al uso de las tecnologías.

Finalmente, todo parece apuntar a que “movilidad, ubicuidad y omnipresencia” serán características escenciales de los sistemas de información sanitaria del futuro.