El rol de las pantallas en los hogares: ¿Qué valor tiene el televisor para las personas?

28 Agosto 2020

La invitación es a no juzgar sin conocer, cada realidad personal y familiar es única, con múltiples características. Hagámonos las preguntas correctas al intentar interpretar o analizar la realidad de otro.

Sebastián E. Tapia >
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A inicios del mes de agosto, a propósito del retiro del 10% de las AFP, la Ministra del Trabajo María José Zaldívar señaló en radio La Clave que “Ojalá (las compras sean) artículos de primera necesidad y no veamos imágenes como las que vimos en países como en Perú… que uno veía a gente saliendo con plasmas de las tiendas”.

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Como si hubiese sido una predicción, durante el transcurso del mes los medios de comunicación fueron mostrando filas importantes de personas en multitiendas y supermercados con televisores y diversos artículos electrónicos. De hecho, las ventas de televisores subieron un 207% en comparación a la misma semana del año 2019 y un 309% la venta de notebooks.

Me imagino que muchos han escuchado o leído en redes sociales frases peyorativas señalando que las personas que viven en campamentos o personas “pobres” “tienen mejores televisores que uno”, “viven en mediaguas pero tienen teles gigantes”, “no se preocupan de salir de la pobreza”.

En el presente no hay eventos deportivos que justifiquen un alza de ventas de televisores como ha pasado anteriormente cuando empiezan los mundiales de fútbol por ejemplo, o el seleccionado de nuestro país disputaba partidos importantes en su carrera futbolística. Partiendo de la premisa indudable de que cada uno es dueño de su dinero y no tiene porqué aceptar imposiciones sobre qué hacer con él, es que surgen ciertas interrogantes a propósito de la importancia de la televisión en la población: ¿Qué significa el televisor para el ciudadano? ¿Qué rol cumple la pantalla en nuestros hogares? ¿Por qué necesitamos cada vez de una pantalla más grande? A través de este texto compartiré algunas ideas sobre ello, basado en estudios desde la Psicología y Sociología.

- La televisión entrega entretenimiento: En el contexto en que estamos insertos muchos padres buscan divertir, distraer y generar espacios de distención a sus hijos mediante la pantalla, frente al encierro impositivo que en muchos lugares se ha desarrollado. Que tanto entretenimiento entrega la televisión pública es cuestionable pero muchas personas se “desconectan” mediante los múltiples programas de juegos, concursos, viajes, deportivos, entre otros, proveyendo contenido liviano para consumir. A fin de cuentas ¿Qué otras formas pueden tener las familias para proporcionar entretención a niños y adolescentes cuando no se puede salir o los contextos sociales en que vivimos no promueven actividades culturales, deportivas o derechamente son peligrosas por la delincuencia y el narcotráfico?

- La televisión como medio de apertura al mundo y experiencias: Mediante los programas que se exponen las personas logran conocer distintas cosas que por otros medios serían imposibles o prohibitivos, que son alejadas de la vida cotidiana que se puede tener. La televisión provee de experiencias imposibles para las personas, ya sea por la situación laboral, económica o cultural que se pueda vivir. Se pueden apreciar distintas geografías jamás pensadas, aventuras que no se tendrán, estilos de vida inalcanzables (para bien o para mal), experimentar destrezas o habilidades que jamás se practicarán.

- Para conectarse con la realidad social: Indudablemente la TV organiza la percepción de realidad que se tiene. Sirve para sentirnos partícipes de una identidad, de un contexto determinado, de un sentimiento de pertenencia a una cultura, compartir temáticas afines y unión con otros ciudadanos. “La televisión interviene en la valoración de la realidad tanto por sus juicios de valor explícitos, como por la valoración implícita que lleva a cabo sobre los temas que aparecen en la pequeña pantalla”.

- Proximidad a mejor estilo de vida: La televisión modifica la percepción en cuanto a proximidad o lejanía de lo que podemos querer o aspirar. No olvidemos también que la TV proporciona modelos sobre cómo es el éxito, la felicidad, prototipo de hombre o mujer, de familia, cómo debe ser la interacción social, entre otros. Como en un círculo vicioso, tener en cuenta que la sociedad y los medios de comunicación junto con las constantes publicidades o propagandas pagadas venden la imagen de que mientras más se tenga más feliz se es. Por eso ¿Qué más ostentoso que una TV de 55 pulgadas? “La televisión ayuda a salir de la pobreza” (figurativamente). No olvidar también que el televisor como objeto funciona como signo de estatus socioeconómico, el cual puede ser analizado desde la psicología del consumo.

- La televisión hace compañía: Diversos estudios evidencian que la pantalla hace compañía, especialmente a mujeres, siendo una presencia con voz y rostro dentro del hogar. “Es un objeto que se adquiere para poder llenar una espacio interior vacío, para luchar contra la atracción y el miedo provocados por el espacio social exterior al hogar” (Ripert 1968). El poder conectarlo a múltiples consolas de videojuegos también genera un nuevo rol a la pantalla, el de compañero de juegos. Recordemos que el sentimiento de soledad es un factor importante en la alteración de salud mental de los individuos.

- Ritmo familiar alrededor de la televisión: Las distintas dinámicas personales y familiares se ven marcadas por el funcionamiento de la TV, afectando o influyendo en las rutinas de sueño, alimentación, comunicación, permanencia o ausencia dentro de la vivienda. En definitiva, la televisión regula diversas actividades vitales. Hemos crecido como sociedad a en torno a la televisión, le hemos dado un espacio de privilegio dentro de nuestro hogar.

Se me quedan algunas ideas en el tintero pero la invitación es a no juzgar sin conocer, cada realidad personal y familiar es única, con múltiples características. Hagámonos las preguntas correctas al intentar interpretar o analizar la realidad de otro. Va a ser interesante conocer más adelante estudios que den cuenta sobre cuáles fueron las prioridades de los chilenos respecto al gasto de su 10%. Mientras tanto, les comparto que en Perú, lugar aludido por la Ministra Zaldívar y donde se vivió un proceso similar, sólo el 9% de las personas declararon haber gastado parte de los fondos en electrodomésticos.