Reflexiones de madrugada: Ahí quedaste Fukuyama

Reflexiones de madrugada: Ahí quedaste Fukuyama

04 Julio 2020

Y en medio de toda esta demencia: Nuestra vida pequeña y profunda de todos los días exigiéndonos todo el equilibrio mental que podamos disponer para procesar todo y tomar decisiones certeras...

Víctor Navarrete >
authenticated user Corresponsal Corresponsal Invitado

En estos momentos de pandemiación, tal como las cifras de contagio, todo parece expandirse, graficarse y entenderse de formas logarítmicas. Primero: las redes sociales virtuales polirrítmicas y eternas, que no dejan de actualizarse. Cientos de imágenes, frases y sonidos intentando llamar nuestra atención de saltamontes juguete entre la niebla y echar raíces en nuestra memoria de calcetín perdido.

Copio de un tirón cualquier parte de mi Facebook, (léase con la mayor velocidad posible): "Las 50 mejores películas de terror de la década"; “Martín Pradenas formalizado por abuso y violación contra cinco mujeres”; propagandas de tiendas de retail a las que con suerte fui en físico, pero que me aparecen en virtual porque alguien de mi face le dio like; una que otra frase sobre la repetición de la repetición de la extremaunción de la existencia y reclamos de más vida fuera de las redes; centenares de publicaciones de grupos a los que me agregué antes de pensar en lo trabajoso que resultaría salirme; fotos del poli dado de baja por borrar la evidencia de su actuar cuando le disparó a Gustavo Gatica; fotos del recuerdo de Temuco, Valdivia, Villarrica y Loncoche; vídeos de Elvis, de Piazzolla, Nirvana, vídeos de series del pasado.

Y por supuesto memes. Miles de memes. Creadores de memes, compartidores de memes, princesas meme, reinas meme... Todo desfila a un barrido o a un click de distancia. Recomendaciones de películas, de libros, de documentales, de canciones, para dormir, para despertar, para lavar los platos, para soñar. Explicaciones en la línea de que el mundo que viene será mejor, saldremos fortalecidos, el capitalismo cae derrotado según según la buena onda de Slavoj Zizek, la cuarta dimensión se queda atrás según los humanos de la quinta ungidos por los niños diamante que son la esperanza y en el otro extremo Byung-Chul Han, anticipando el derrame de las formas de control del Gran Hermano Chino en las famélicas democracias de occidente.

Mientras en “Chile, la gran salitrera”, jaguares de Latinoamérica según sus ciudadanos, experimento neoliberal según cualquier noticiario o informativo foráneo. Ahora todo parece indicar que hay que salvar como se pueda, ya sea de la pandemia ya sea del gobierno, porque a fin de cuentas ninguno aclaró si es que nos íbamos a contagiar todos o -acaso querían- deseaban que nos contagiemos todos. Nuevamente dos opciones. Que alguien le avise al Fukuyama del noventa y dos, proclamando el triunfo de la democracia liberal y por lo tanto el fin de la Historia entendida como lucha de ideologías. ¿En qué cueva enchapada en dólares no respaldados en oro se encontrará ahora viendo, analizando quizás la “Diplomacia de las mascarillas” ¿En China? Seguramente el problema es que nadie le avisó a los chinos y las traducciones del libro no pasaron más allá de Indonesia.

Y a mitad de este devenir me doy cuenta de que ya son las 5 am y de que no estoy escuchando nada y pongo Madrugada, para salvar la noche pero la canción es terriblemente linda y me acuerdo que te escribí hace un par de horas sin ninguna esperanza pero no importa si total nunca superé la duda de si debí o no haberme hecho monje en una ermita perdida y mientras suena “Honey bee”, recuerdo el último disco de Tool que aún no escucho porque no me he hecho el tiempo entre un documental de stoner rock que ya había visto, y uno de Nick Cave que veré luego y un concierto de Son House y un curso de armonía para folclor y publicidad de documentales de gatos que no veré, Piñera que parece no saber o no darse por aludido de que la constitución separa en tres los poderes del Estado, un streaming en vivo con la cantidad de contagiados de por Covid-19 con Chile escalando y escalando y escalando, más música, noticias sobre la militarización de la Araucanía. Cinco de la madrugada.

Y entonces recuerdo que el dormir es un factor importante para mantener en buen estado el sistema inmunológico, que también las vitaminas, que también la comida saludable y que los medios de comunicación no lo recuerdan mientras están demasiado ocupados enjuiciando gente que sale a buscar dinero para poder comer entre algunas tropas de porfiados que son suficientes para meter a todos en el saco de los porfiados, mientras las canastas se demoran o no llegan ni siquiera al cuarenta del setenta por ciento más pobre descontando también las cinco mil familias que denunciaron cambios unilaterales en su Registro Social de Hogares, mientras los medios continúan poniendo énfasis en mantenernos dentro de nuestras casas, temerosos y alejados del sol.

Y de vez en cuando algunos comienzan también a acordarse de la importancia de la “trazabilidad” como si fuera marzo y el virus viniera recién llegando desde Europa, pero ahora en la memoria difusa, parece que no tenemos el mejor sistema de salud del mundo, ni estamos mejor preparados que Italia y ni siquiera existen esos dos mil, mil o quinientos ventiladores comprados en el principio de los tiempos. Pero de otros tiempos, quizás en un universo paralelo en el que Mañalich sí se hizo cargo de la trazabilidad y el aislamiento de los infectados cuando la cantidad aún era controlable y seguimos el ejemplo de países como Nueva Zelanda o República Checa en vez de promocionar a Suecia con su normalidad de “ciudadanos educados” (actualmente tienen la tasa de mortalidad más alta de Europa) y Espacio Riesco se arrendó para darle alguna utilidad y no para reemplazar el contrato que perdieron por la cancelación de la FIDAE…

Y en medio de toda esta demencia: Nuestra vida pequeña y profunda de todos los días exigiéndonos todo el equilibrio mental que podamos disponer para procesar todo y tomar decisiones certeras. Seguridad para transmitir tranquilidad a los colegas al otro lado de la reunión online, calma para transmitir a los sobrinos, que ya habrá algo de tiempo, que volveremos a vernos, que retomemos el ajedrez en línea. Buen ojo para notar la falta de algunas personas, de sus comentarios, de su presencia, de su visión particular del mundo. Sabiduría para aceptar como muchos problemas que parecían irresolutos comienzan a disolverse por el sólo hecho de no acumular en ellos nuestra energía. Aún más ahora, con la presencia cercana de la muerte la cual redefine o clarifica la relevancia o nimiedad de nuestras preocupaciones. Y mientras me digo a mí mismo “detente ahora y duerme. Aplica en serio ese ramillete de soluciones que florece entre tanta bruma, entre tanto altar de niebla”, la mano del destino hace lo suyo y un golpe estridente contra el suelo me anuncia que mi celular cayó del estante y se le quebró completamente la pantalla y ahora esa pequeña central de operaciones 24/7 ya no sirve para nada. ¿Funcionará aún la alarma? A veces el asunto es aprender contra las cuerdas. Sí o sí, envía esta columna antes de que se te ocurra revisarla y te encuentre el amanecer.

Buenas noches. Ahí quedaste Fukuyama.