Día del Trabajador 2011: Los Profesores saludan a los trabajadores

01 Mayo 2011

Debemos y podemos dar esta lucha fundamental para que de una vez por todas se abran las amplias alamedas. Por Ligia Gallejos.

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En este día tan importante y de profunda significación cobran especial vigencia las palabras Auguste Spies "Si creéis que ahorcándonos podéis acabar con el movimiento obrero. ... el movimiento del cual los millones de oprimidos, los millones que laboran en la miseria y la necesidad esperan su salvación, si ésta es vuestra opinión, ¡entonces ahórcanos!...Aquí pisoteáis una chispa, pero allí y allá, detrás de vosotros, frente a vosotros, y por todas partes, las llamas surgirán. Es un fuego subterráneo. No lo podréis apagar".

 Observamos con gran desconcierto y desconsuelo que estas palabras reflejan la situación que se vive en la actualidad,  con la constante amenaza del alto índice de cesantía, la inseguridad y /o precariedad  del empleo, gran insatisfacción porque no ven recompensados los esfuerzos por un sueldo justo y decente; demasiados que por edad no consiguen un trabajo estable, jóvenes con escasas expectativas de un trabajo acorde con su preparación, en suma es alarmante constatar la grave problemática laboral y que incide directamente el núcleo fundamental de la sociedad que es la familia.

Estamos viviendo con angustia cómo este sistema cruel e injusto que favorece a unos pocos arremete con fuerza y descriterio tratando de desmantelar las organizaciones sindicales y gremiales, restando derechos ganados con esfuerzo y dolor, acrecentando aceleradamente las vergonzosas brechas económicas y sociales que impiden nuestro paso a una sociedad desarrollada en forma plena y coherente con el siglo XXI.

En esta conmemoración del día del trabajo, tan ligado a la humanización laboral, es de suma urgencia hacer un llamado a la unidad de trabajadores y trabajadoras y retomar con fuerza la lucha por el trabajo digno en su proceso y justo en su remuneración para que las familias puedan vivir acorde con su calidad de seres humanos y entregar a sus hijos e hijas la educación que les corresponde para aspirar a una vida mejor y a su vez aportar a la construcción de una sociedad más justa, equitativa, solidaria y democrática.

Debemos y podemos dar esta lucha fundamental para que de una vez por todas se abran las amplias alamedas.

Por Ligia Gallejos. Dirigente Nacional.