La obligación de los portuarios en este presente

13 Agosto 2011

Hay dos tipos de trabajadores portuarios en nuestra patria. Unos, los que aparecen en la televisión cuando hay paros, protestas y movilizaciones, y otros, los que gustan de posar al lado de ministros, empresarios y políticos.

Jorge Bustos >
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Un aire distinto se respira en los puertos de Chile. Mis hermanos trabajadores portuarios han dado la respuesta esperada deteniendo sus faenas en apoyo de nuestros jóvenes, que luchan por recobrar una educación de calidad y gratuita, para ellos y las generaciones venideras.

Fue un gesto salido de lo más profundo del alma del trabajador, el que se vio expresado en la asamblea, como expresión máxima de la democracia sindical. Nuestros viejos están asumiendo su rol, que no es nada más, ni nada menos, que cambiar la sociedad por una más justa.

Los choros portuarios de la Octava Región, los de la Coordinadora del Bio Bio, pararon todos sus puertos, y los San Antoninos del Espigones también. Según todos, es necesario ponerse con nuestros cabros.

Es cierto que una actitud de esa valentía debiera ser la constante a lo largo del país, pero queda claro que aún nos faltan grados de madurez. Y, a pesar de lo que digan algunos, los trabajadores estamos enfrentando esos procesos de lucha, manifestándonos en contra del sistema cuando lo creemos necesario.

Hay dos tipos de trabajadores portuarios en nuestra patria. Unos, los que aparecen en la televisión cuando hay paros, protestas y movilizaciones, y otros, los que gustan de posar al lado de ministros, empresarios y políticos.

Los primeros llevamos la dignidad en nuestras frentes y representamos con orgullo a nuestras familias y compañeros. Los otros, prefieren la sombra fresca del poder, la mentira casi inocente y el arreglo bajo cuerda.

Algo lindo está pasando en los puertos. Los trabajadores están dispuestos y ahora falta que sus dirigentes por mandato de sus asambleas, nos unamos con un plan de acción concreto, que ponga las cosas a favor nuestro y que no solo sean nuestras demandas sectoriales las que nos impulsen a la acción.

Debemos ser parte de la construcción de un nuevo Chile. Pongámonos nuestros cascos, desempolvemos nuestros ganchos, y vamos a la calle junto a nuestros muchachos, ayudemos a despejar el camino, ahora que soplan vientos de cambio.