Sandra se dio cuenta que las personas con alguna clase de discapacidad están resignadas,  pues las maravillas de Chile y muchos de sus ofertantes del turismo, aún no se han dado cuenta que hay mucho por mejorar y cambiar, para que ese gran grupo de compatriotas disfrute como corresponde. 

Esta historia trata de una mujer y su familia, que sencillamente han hecho de su vida una causa. La cual es, nada más y nada menos, que redefinir el espacio de lo posible y lo digno, para que muchas y muchos compatriotas con alguna clase de discapacidad, puedan gozar de las maravillas de nuestra geografía a través de un turismo que realmente los incluya.

Es una historia de perseverancia, inspiración y amor. Pero también de desconsuelo y frustración, que se evidencia en que a pesar de la intención y evidente sentido común respecto a mejorar la oferta del turismo, las barreras de las burocracias y zonas de confort de muchas entidades, perseveran en normalizar lo que no se debe normalizar. 

Esta es la historia de una mujer que vale la pena conocer, y sin dudas, adherir a su misión:

Te puede interesar: Héroes del emprendimiento: “Podemos revalorizar hasta el 85 o 90% de los residuos"