Cómo Chile debe aprender del éxito deportivo del estado español

26 Agosto 2012

Durante más de ochenta años, el país hispánico contaba con los dedos sus triunfos olímpicos. Pero gracias a una nueva estrategia, en sólo dos décadas ya lleva más de un centenar de medallas.

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España considera un fracaso los Juegos Olímpicos de Londres. Sólo consiguió tres medallas de oro, diez de plata y cuatro de bronce, lo que equivale a un empate de medallas con un solo país de Sudamérica: el poderoso Brasil.

Y es que el ya conocido dominio que tienen los ibéricos en el fútbol y el tenis traspasa a variadas disciplinas, en donde son campeones del mundo en hockey patines, taekwondo, rugby femenino, motociclismo, automovilismo, básquetbol, esgrima, boxeo, vela, waterpolo, competencias de nado… y la lista crece.

Todos estos logros no tienen más de veinte años, ya que antes de la década de los ‘90 España era un mero espectador de celebraciones deportivas. Pero, ¿qué cambió su realidad?

Barcelona 1992

Con el término de los Juegos Olímpicos de Seúl en 1988, el Estado español, junto con empresas privadas, decidieron que el país debía tener una actuación brillante para los Juegos que tendrían cita en una de sus ciudades. Por esto, ese mismo año nació la Asociación de Deportistas Olímpicos (ADO), con la función de entrenar a los deportistas de élite, preocupándose de sus necesidades económicas, material deportivo, apoyo técnico y otros. Es que como los propios españoles se dieron cuenta, “nadie compite solo”.

Fue así que en sólo dos décadas, España consiguió 105 medallas, muy por sobre las 27 que consiguieron durante 88 años de competencias olímpicas antes de la implementación del plan. Con este apoyo, que desde 1988 se puede traducir en aproximadamente en 2 mil 250 millones de euros, ADO, mediante todas las federaciones que trabajan en cada zona autónoma de España, destina recursos a procesos fisiológicos, nutrición, adaptación, estudios técnicos y trabajos sicológicos para cada uno de los becados.

¿Chile 2014?

Durante 116 años de historia de olímpica moderna, Chile sólo tiene 13 medallas, de las cuales siete se consiguieron antes de la década de los 60. Pero con la llegada del nuevo siglo, el país, o los gobiernos, parecen estar más preocupados de la pobre situación deportiva; en particular desde la promulgación de la Ley del Deporte, que reconoce a la actividad deportiva como una preocupación social del Estado y objeto de políticas públicas tal como la educación, salud o vivienda.

Sin embargo, esto no ha ayudado significativamente en el corto plazo a conseguir triunfos, por lo que en 2006 nace en Santiago, al igual que anteriormente en España, la Asociación de Deportistas Olímpicos, ADO Chile. Tomás González, David Dubó, Denisse Van Lamoen, Natalia Ducó, Gonzalo Barroilhet, Francisca Crovetto, Kristel Köbrich, además de muchas nuevas promesas, son al parecer las cartas que tendrá Chile en los próximos juegos panamericanos que se realizarán en Santiago.

Aunque no con la misma efectividad que produjo el plan en España, ADO ha logrado, con el mejoramiento de infraestructuras deportivas en regiones y otros cambios institucionales en el fútbol y tenis, despertar en los chilenos un apetito por deportes. Un tema que trasciende más allá de la obtención de medallas y trofeos.

Para el Dr. Mauricio Purto, montañista, primer chileno en escalar 1,2,3 y 4 ochomiles y en llegar a la cumbre del Everest, y conferencista del 9º Congreso Internacional de Medicinas Complementarias, en el deporte queda de manifiesta la “búsqueda del hombre por superarse, trascender, por aventurarse en el misterio de la vida”. Para el especialista en medicina deportiva, la fuerza interior que lleva a la persona a superarse a sí misma en el deporte es como un puente que conecta a la persona con toda la fuerza del universo, un puente que se forma con el deporte y que le da a quien lo practica la capacidad de entender que puede moldear su cuerpo como quiera, por voluntad. “El deporte nos enseña que nosotros podemos moldearnos y ser nuestros propios arquitectos”.

Quien ostenta el mérito de ser el hombre más joven en haber logrado las Siete Cimas (1993) agrega que el aporte ayuda a que la persona se conozca a sí misma, psíquica y mentalmente, para poder crecer con autoestima en su ser, enfrentando sus miedos. “Nosotros no somos cuerpo con alma, somos alma con cuerpo. Por lo tanto, cuando uno educa a una persona a escalar una montaña o para correr 100 metros planos, uno está educando su mente y a través de eso va a moldear su cuerpo”, destaca el Dr. Purto.