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Portabilidad Financiera: En qué consiste y cómo realizarla

25 Septiembre 2020

Puedes solicitar la portabilidad de uno, de varios o de todos tus productos. No existe un límite máximo de solicitudes, por lo tanto, puedes hacerlo todas las veces que lo requieras. 

Lorena Sánchez Aspe >
authenticated user Corresponsal Corresponsal Invitado

La Portabilidad Financiera es una nueva ley que rige desde el 8 de Septiembre, y que facilita a todas las personas que tengan contratados productos financieros, tales como cuentas, chequeras, líneas de crédito, tarjetas y créditos, poder cambiarse de entidad bancaria en el menor tiempo posible, con un menor costo para el cliente.

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Puedes solicitar la portabilidad de uno, de varios o de todos tus productos. No existe un límite máximo de solicitudes, por lo tanto, puedes hacerlo todas las veces que lo requieras.

Además de los bancos, participan todas las instituciones fiscalizadas por la Comisión de Mercados Financieros, como compañías de seguros, cajas de compensación, cooperativas de ahorro y crédito, y agentes administradores de mutuos hipotecarios.

Es un trámite muy fácil y sencillo de realizar.

¿Qué debo hacer para portarme?

Existen dos opciones:

1. Puedes elegir un banco o institución financiera a la que quieras cambiarte y solicitar tu portabilidad. Ellos se contactarán con tu banco actual, donde tienes contratados tus productos. El proceso se lleva a cabo entre ambas entidades y no tienes que preocuparte de nada más, hasta recibir tu confirmación.

2. Puedes pedir tu certificado de liquidación en donde actualmente eres cliente, llevarlo al banco o institución financiera a la que quieras cambiarte e iniciar el proceso. Este documento es gratuito y contiene un listado con el detalle de todos tus productos (cuenta vista, corriente o de ahorro, chequera electrónica, línea de crédito, tarjeta de crédito o débito, crédito hipotecario o de consumo) las tasas, comisiones y el valor total de tus créditos. El Banco al que quieras cambiarte, analizará tu condición actual y capacidad de pago, y te ofrecerá, si cumples requisitos, una mejor alternativa, con costos más bajos.

Beneficios concretos

- Esta ley facilita el refinanciamiento de todo tipo de crédito, permitiendo disminuir los costos que pagan las familias de Chile a raíz de sus deudas. Esto tiene el potencial de aliviar de manera importante el presupuesto de las familias endeudadas, las cuales actualmente destinan en promedio un 25% de sus ingresos mensuales para cubrirlos.

- Disminuye el costo y el número de trámites asociados al refinanciamiento. Por ejemplo, para refinanciamientos de créditos hipotecarios disminuirán en 60%; para un crédito de 1000 UF el costo actual de refinanciar es de $700.000. Ese costo pasará a ser aproximadamente de $280.000, obteniendo un ahorro de más de $400.000. Mientras que los tiempos se disminuyen en 40%, ahorrándose aproximadamente 30 días menos.

- Esta ley disminuye también los costos de financiamiento para las micro y pequeñas empresas, lo que les permitirá expandir su producción, y contribuir al crecimiento económico y a la creación de más puestos de trabajo.

- Se espera que con esta ley aumente la tasa de refinaciamiento. En México, con una reforma similar, subió de 1,6% a 14,3% en dos años.

- Facilidad para el cierre de productos: En caso de que un cliente haya ordenado el cierre de productos financieros vigentes con su institución financiera actual, este no deberá hacer trámites con su proveedor actual, ya que la nueva institución financiera deberá hacerse cargo de comunicar la orden de cierre.

- Trámite más fácil y más barato. Se crea la figura de la subrogación para evitar la constitución de nuevas garantías, ahorrando la mayoría de los costos y tiempos necesarios de este proceso. Por ejemplo, para el refinanciamiento de créditos hipotecarios no se necesitará la constitución de una nueva hipoteca ni el alzamiento de la hipoteca actual. Adicionalmente, se eliminan los costos monetarios y de tiempo asociados a la constitución de nuevas garantías. Esto, porque a través de la figura de la subrogación legalmente siguen vigentes las garantías de los créditos actuales, cambiando solo el crédito y la institución beneficiaria de dichas garantías.

¿Cómo funciona la portabilidad financiera?

La Portabilidad Financiera tiene dos modalidades: el Estándar, que es para cualquier producto financiero; y con Subrogación, para los créditos con garantía real (sobre bienes) tales como préstamos hipotecarios o automotrices.

1. Proceso estándar: El proveedor inicial emite el certificado de liquidación al cliente o al nuevo proveedor, documento que es gratuito y que contiene la información de todos los productos financieros vigentes. El cliente indica los productos que quiere contratar con un nuevo proveedor y los que quiere cerrar con el proveedor inicial. El nuevo proveedor evalúa al cliente y emite una oferta con los productos y condiciones, la cual tiene una vigencia de a lo menos 7 días hábiles bancarios. El cliente acepta las condiciones ofrecidas y con ello otorga un “mandato de término” para que el nuevo proveedor pueda, en nombre del cliente: a) pagar los productos que tiene contratados; y b) solicitar el cierre de los productos que tiene contratados. El cliente contrata con el nuevo proveedor los productos ofrecidos. El nuevo proveedor tiene 6 días hábiles bancarios para pagar saldos pendientes y requerir cierre de productos.

2. Proceso con subrogación: se incluyen 3 pasos adicionales a los anteriores, los cuales son: Al momento del pago de la deuda, la garantía que caucionaba al producto financiero (por ejemplo, la hipoteca en el caso de créditos hipotecarios), pasará automáticamente a garantizar el nuevo crédito, en beneficio del nuevo proveedor. Este efecto se llama “subrogación”, ya que el nuevo crédito “subroga” al crédito que se paga, pero la garantía se mantiene. El nuevo proveedor tendrá 30 días hábiles bancarios para solicitar la inscripción de la subrogación en el Conservador de Bienes Raíces competente. El Conservador de Bienes Raíces tendrá 10 días hábiles para practicar la inscripción solicitada.

Como ven, es un trámite rápido, fácil y que puede implicar importantes ahorros para el cliente. Así que, ¡a cotizar!

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