A dos meses del terremoto, junto a familiares y amigos, Claudia Cisternas trabaja fuerte para poner de nuevo en pie su restaurant en la comuna de Curanilahue.
El Restobar "El Socavón 2.0" es un proyecto que levantó con esfuerzo y con el apoyo del Capital Semilla Emprendimiento de Sercotec en el año 2009 y que pudo poner en marcha hacia el mes de diciembre.
El 27 de febrero, el local de calle Arturo Prat se encontraba en pleno funcionamiento, cuando el terremoto literalmente echó abajo el sueño que había logrado construir.
Recuerda que su primera preocupación fue que el público y sus trabajadores se encontraran bien. Al día siguiente volvió a su local para darse cuenta de la real dimensión de lo que había ocurrido. Era necesario demoler el sector de la cocina y el concreto de la construcción de la Compañía de Bomberos aledaña había destruido los baños que se ubicaban en el subterráneo.
“Pensé en que tenía que empezar de cero, porque esto es lo que me gusta hacer. Pero no tenía claridad, incluso pensé en levantar de nuevo el local pero en otra ciudad”, dice la empresaria. Aún con la incertidumbre a cuestas, Claudia dedicó las dos primeras semanas a entregar ayuda voluntaria a los afectados en caleta Llico.
Mientras, comenzaban a tomar sentido algunos aprendizajes de los cursos de capacitación y emprendimiento en que había participado en el transcurso de la implementación del Capital Semilla: “Uno no se puede echar a morir ni esperar a que vengan a ayudarlo; decidí tomar esto como una oportunidad, volver a construir de la mejor forma, mejorando lo que no me gustaba”.
Con ese espíritu hoy se le puede ver pintando su local para abrir dentro de un mes, y coordinándose con sus colegas de la comuna para buscar formas de emprender ideas en conjunto, aunque reconoce que hoy las preocupaciones en la devastada Curanilahue son las más urgentes: “Yo visité otras comunas y el daño no era tan grande como acá. Sobre todo el comercio de Curanilahue fue muy golpeado, uno puede ver como la gente de a poco intenta recuperar algo de lo que tenía, pero es difícil, va a ser un trabajo lento”.
En efecto, en Curanilahue los efectos del terremoto se hicieron sentir. En un ámbito productivo donde el 54% del empresariado son mujeres y el 97% corresponde a Empresas de Menor Tamaño, datos de un estudio realizado por el municipio, la Corporación Industrial Para el Desarrollo Regional del Biobío (CIDERE) y la Pontificia Universidad Católica, señalan que el 94,2% de las empresas se vio obligado a cerrar temporalmente después del terremoto, con un 91,3% de empresas con daños materiales.
En ese escenario y habiendo pensado en reemprender en otro lugar, Claudia hoy representa la fuerza de la mujer y de los emprendedores de su comuna, buscando comenzar a dejar atrás las huellas físicas del 27 de febrero en su proyecto de vida.