Conce, el “Santiago chico” del sur sufre de las mismas pifias que la capital de Chile, a una escala menor, pero siendo una ciudad tan re vieja (459 años), parece que desde su fundación no le han pegado una manito de gato para embellecerla un poco. Y esta es subjetivamente, la visión de una afuerina en vías de ser penquista.
1.- Las Veredas: Las aceras del centro y sus alrededores son lo más parecido a una montaña rusa, vas caminando y las baldosas se mueven solas, le faltan pedazos o simplemente, no hay adoquines en las veredas. Ya he perdido la cuenta de todos los peatones que he visto tropezarse, caerse o resbalarse en la ciudad. Honestamente, las aceras son lo más lejano a ser amigables en el tránsito peatonal, es una jungla de cemento que un día te va a traicionar y terminarás de boca en el suelo. O con los pies torcidos u otro tipo de vergüenza similar.
2.- Las Calles: Maipú es una calle de micros, pero un rally es perfectamente realizable en esa vía, los hoyos, los baches y los “parches” te dejan con las tripas en la garganta y con la cabeza con chichones con los saltos que dan los vehículos. Y así como esta calle, hay varias otras que están hechas para autos todo terrenos y valientes conductores.
3.- La Suciedad del centro: Este hecho va relacionado directamente con la falta de basureros en las “veredas”. Los penquistas no son capaces de caminar un par de cuadras más para botar los papeles, botellas, cigarros, etc, a los basureros. Simplemente, dejan “caer” la mugre al piso. Los maceteros del paso peatonal de Barros Arana, se convirtieron en los basureros de esta avenida. Ningún respeto.
4.- La Histeria de los conductores: Estimado señor automovilista, ¿qué saca con tocar la bocina al auto que está adelante en luz roja? Usted ni el otro conductor pueden pasar por arriba de los otros autos. Además, las micros son kamikazes y se meten entre los automóviles sin señalizar, llegan y se tiran entre las pistas, frenan en cualquier lado. Al igual que los automovilistas que manejan en la vías exclusivas de buses… Francamente, les recomiendo el uso de armonyl para todos estos neurótic@s al volante.
5.- El Mercado de Concepción: Es oscuro, feo, no inspira mucha confianza y más que mercado, parece un bazar o un persa de ropa, hierbas medicinales y otras chucherías. Si arreglaran el techo, si lo remodelaran, podría ser que se viera mucho más higiénico que ahora. En mi opinión personal, lo único bonito son los puestos de las pergoleras que alumbran con los colores de las flores el mercado de Concepción.
Estas son sólo algunas cosas que las autoridades comunales y gubernamentales podrían analizar para invertir, arreglar y/o “enchular” un poquito. Al menos en mi humilde opinión, por lo que yo lo invito a usted, señor lector a dejar un comentario con las cosas que Concepción podría mejorar. Quien sabe, si la realidad virtual ayuda a embellecer la realidad de la ciudad.