¿Sabemos comentar sin agredir?

¿Sabemos comentar sin agredir?

08 Enero 2010
Con la creación de los “Diarios Ciudadanos”, la comunicación de prensa a dado un trascendental paso, que evidentemente todos debiéramos valorar. Por Omar González Hurtado
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Con el avance de la tecnología y el vertiginoso desarrollo de Internet, ciertamente que la comunicación a distancia se ha extendido en forma extraordinaria, constituyendo hoy un gran acierto de prensa la creación de diversos sitios informativos y de participación ciudadana, espacios en los cuales el ciudadano común, sin ser periodista, reportero o especialista en comunicaciones, puede expresar libremente su opinión, enviar mensajes, escribir artículos, comentar, hacer reflexiones, informar o informarse del acontecer local, nacional e internacional.
Efectivamente, con la creación de los “Diarios Ciudadanos”, la comunicación de prensa a dado un trascendental paso, que evidentemente todos debiéramos valorar, haciendo un buen uso de ellos y apreciándolos en su verdadera y real dimensión, situación que en la práctica lamentablemente no es así.
Justamente, cada sitio virtual y pese a la censura que en la mayoría de ellos se establece y se expresa textualmente, haciendo ver la exclusiva responsabilidad de quienes participan emitiendo opiniones o comentarios, recomendando mesura y evitar el insulto o la injuria, no obstante pareciera ser que a muchos, esto no es una limitante, y se muestran públicamente indiferentes a tales medidas o censuras, y haciendo caso omiso arremeten con toda la artillería pesada que les permite utilizar la libertad de prensa y la condición de democracia existente.
Es que la violencia en nuestros días, tanto física como verbal, ya se hace habitual en todos los ámbitos de la esfera social; en el hogar, en las calles, en el mundo del trabajo, en las escuelas con los denominados bullyn y ahora en estas oportunidades que nos ofrece Internet, presentes en tan significativos e importantes medios de comunicación a distancia.
Lo cierto es que, debiendo ser una coyuntura que nos permita participar y colaborar con el desarrollo social y cultural a nivel local o nacional, a través de este prosaico o trivial periodismo ciudadano, ello muchas veces se transforma en un verdadero “búmeran”, en que las expresiones van y vienen en forma desmedida y sin medir las consecuencias, generando muchas veces conflictos que no conducen a nada positivo y no dejan ningún tipo de aportes, excepto a acrecentar o aumentar aún más la violencia y la agresividad, ya sea de índole verbal o actitudinal.
Es por ello en consecuencia, que se hace necesario hacer notar dentro de este contexto de los “diarios ciudadanos”, o “sitios virtuales de comunicación”, la necesidad de asumir una postura de madurez y de corrección, usando un lenguaje mesurado, procurando ser tolerante a la crítica, al cuestionamiento en relación a determinado tema, o frente a un comentario o artículo que no sea de nuestro agrado o que obviamente estemos en desacuerdo, manteniendo una suficiente cordura, estableciendo como principio básico, “el mutuo respeto que nos debemos como personas”, demostrando paciencia, como también un especial cuidado en la expresión correcta del lenguaje, solo por citar algunos aspectos que debieran estar presente en nuestras comunicaciones, aunque para algunos estas sugerencia, ya sean parte del pasado, sobre todo cuando estamos frente a un tema que pueda ser abiertamente polémico o que incite a la controversia.
No obstante lo anterior, es indudable que ello sea así, puesto que no todos pensamos de la misma manera, no todos somos iguales, “somos diferentes”, pero debemos estar conscientes que querámoslo o no debemos crecer dentro del marco de la diversidad, ya sea como persona o como grupo social. Lo que no quiere decir, reitero, que para ello tengamos que acudir a la violencia y a la agresividad, al ataque y a la descalificación.
La amabilidad, la mesura y el control de la ira son y deberán ser elementos estrictamente necesarios para que esa diversidad sea bien utilizada, orientándola en términos productivos y cristalizados en aportes o metas positivas.
Nuestra particular forma de ser se refleja en nuestras actitudes, pero también en nuestras expresiones verbales, por ello aún siendo diferentes, insisto, podemos plantear nuestras inquietudes y nuestros puntos de vistas con altura de mira, procurando ser amable con las palabras, pretendiendo ser útil con nuestras contribuciones o comentarios.
Porque “nadie es dueño de la verdad absoluta, toda opinión distinta a la nuestra merece respeto”.
Considero que ser asertivo, tolerante y criterioso, especialmente en los comentarios, podría ser la clave, “la llave maestra para abrir puertas”, para que lo que digamos o hagamos, realmente sean una contribución, algo constructivo, ¡nunca destructivo, o descalificatorio!
“La asertividad es sin duda una valiosa estrategia de comunicación que se ubica como punto medio entre dos conductas opuestas: la agresividad y la pasividad. Los especialistas la definen como un comportamiento comunicacional maduro, en el cual el sujeto no arremete, no agrede, pero tampoco se somete a la voluntad de otros, pudiendo expresar sus convicciones y defender sus derechos dentro de un plano de cordialidad y respeto mutuo”. Creo sinceramente que por ahí debe ir el conducto regular en estas comunicaciones virtuales.
Finalmente, así como el uso de este lenguaje inadecuado se hace muchas veces notoriamente confrontacional, a menudo expresado en un afán por descalificar, ir al ataque, también debemos denunciar aquella expresión soez, la pregunta capciosa, el uso de la ironía o el hecho de encubrirse bajo un pseudónimo o anonimato para decir lo que se nos antoje, mofarse o burlarse del otro, usar frases o palabras con doble sentido, afán de ridiculizar al oponente, etc. etc. Todas verdaderas manías que ya son habituales, especialmente en el ámbito de los comentarios, y sobre lo cual quien escribe solo desea hacer conciencia en los lectores y poner énfasis en esta anómala situación a fin de evitar que ello se haga una virulenta costumbre.
Y bien…usted estimado lector, ¿qué opina al respecto?