Una insólita situación ocurrió en Concepción, luego de que un joven estudiante revelara lo que le tocó vivir.

De acuerdo al relato, César Soto de 23 años, salió de la Universidad de Concepción, comprando un completo en un carrito ubicado en las afueras de la casa de estudios superiores.

Soto adquirió el completo en uncarrito ubicado en calle Edmundo Larenas y mientras disfrutaba de su compra, un inspector municipal lo interrumpió, señalándole que al comprar en ese carrito estaba en contra de una ordenanza municipal, que multa a los que compran en el comercio ilegal.

"Estaba saliendo de la U y me compré un completo en un carro que hace dos años más o menos se ubica al lado de la facultad donde estudio (pedagogía en inglés), después de comprarlo e irlo comiendo mientras caminaba", señaló el joven a Cooperativa.

"Se acerca un inspector municipal a fiscalizarme, alegando que muchas veces han 'hablado' con estos carros pero al parecer ahora se encuentran fiscalizando a los estudiantes que compran. Después me encontré con otro estudiante a quien le había pasado lo mismo", contó Soto que estaba junto a una amiga, "Mi compañera se comió un completo antes que yo y no la fiscalizaron ni la citaron, sólo porque terminó de comerse su completo antes de que el inspector terminara mi fiscalización, lo que deja una sensación de arbitrariedad en el asunto", aseveró.

Soto siempre compró en el mismo lugar y encuentra que el criterio para que se fiscalice es "reprochable", la multa podría llegar a incluso $227 mil.