Luis Alegría: “Lo chileno tiene un componente estatal y centralizador muy fuerte”

18 Septiembre 2014

Muchas personas casi por un acto condicionado vinculan estas festividades con las empanadas, los huasos, la chicha, y otras costumbres

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En Radio Universidad de Chile el académico de la Universidad de Concepción Luis Alegría se refiere a la noción de lo chileno y de cómo este concepto ha estado fuertemente arraigado con las costumbres del Valle Central de una manera hegemónica dejando de lado otras manifestaciones populares.

En medio de las celebraciones de los 204 años de la instalación de la Primera Junta Nacional de Gobierno en 1810 es habitual vincular estas fechas con la cueca, las empandas, las fondas, el rodeo, la chica, el vino, entre otras tradiciones populares en términos generales y a través de esto con una cierta idea de Chile.

Sin embargo, el profesor Luis Alegría, experto en patrimonio, dijo que en el último tiempo, por ejemplo, a propósito de las movilizaciones que se vivieron en la región de Magallanes se pudo ver la bandera de Magallanes y señaló además, que esta identidad diferente a la estatal centralizada es evidente en el caso del pueblo mapuche, el cual incluso desarrolla el concepto de nación mapuche.

¿Cuál es la operación de cómo nos figuramos esta idea de Chile en la cabeza cumple en la utilización de estos símbolos para pensar en un determinado concepto de Chile?

Creo que efectivamente hablamos de una operación apropiada. A través del patrimonio cultural general y también, en este caso específico, el patrimonio inmaterial, a través de una serie de manifestaciones culturales, se recrea este concepto de lo chileno, incluso se podría decir que se pone en escena, que permite teatralizar aquello que entendemos como lo chileno.

Cuando las personas se disfrazan de Huaso o de China. Hay quienes dicen se están reivindicando las tradiciones chilenas, pero hay quienes dicen que estos disfraces funcionan como disfraces, no necesariamente como símbolos identitarios.

Yo creo que ahí hay una doble situación. Por un lado efectivamente para el caso de Chile ha sido configurada a partir de un discurso muy vertical, en el sentido que tiene un componente estatal que es muy fuerte, es una cosa que no hay que desconocer y esa noción estatal muy centralizadora. Por eso identifica los elementos característicos de lo chileno en lo que se conoce como Valle Central (Región Metropolitana, Sexta, Séptima y Octava). Eso implica que en el marco de estas festividades en Arica, Aysén, Punta Arenas nos encontramos con huasos de chamanto, de espuelas, es decir, se recrea como mirada de lo chileno un tipo de identidad chilena, pero en el caso de las regiones las personas en su vida cotidiana están vistiendo y realizando una serie de prácticas que eso los constituye como chilenos de una cierta región. Yo diría que un poco nos disfrazamos con ese discurso de la chilenidad

¿Cuáles son las consecuencias políticas de la determinada vinculación territorial?

Una de las cosas que a uno le llama poderosamente la atención es el tema del centralismo de la sociedad chilena. Centralismo que termina comiéndose la diversidad, que termina absorbiendo la diversidad y pluralidad que es la sociedad chilena, y terminamos pensando que no hay “18″ sin Huaso, que no hay “18″ sin la cueca y además hay que saber bailar la cueca que por lo demás es un Decreto de 1974. Eso tiene efectos políticos muy fuertes porque en regiones hay una cierta anomia con respecto a este discurso de lo chileno. Es interesante ver además cómo afloran ciertos símbolos regionales con mucha potencia, por ejemplo, en las movilizaciones de Aysén la bandera de Magallanes y esa bandera empezó a emerger como un símbolo importante de regionalismo. Este año junto con estas banderitas que se venden para los autos, también he visto muchas banderas mapuche, también banderas Aymaras, la bandera Rapanui que apareció como un símbolo potente en torno a una movilización de reivindicación de la comunidad.

Me parece que este discurso que ha sido muy potente y que sigue siendo muy potente, ese centralismo comienza a mostrar esos elementos donde dice no Chile está constituido por distintas comunidades y cada una de esas comunidades tiene ciertos elementos identitarios que son importantes de mantener. Yo diría que ahí hay una discusión muy fuerte en el ámbito político chileno que tiene que ver con entender Chile como un país homogéneo y mono cultural y aquellos que están planteando Chile como un país diverso y multicultural.

¿Qué es lo que se puede vislumbrar en el horizonte cuando esa forma de entender Chile empieza a entrar en crisis con esta otra forma que es como de época más que de un determinado momento puntual?

Hay dos elementos importantes. Uno que se instaló hegemónico de que a un Estado correspondía una Nación y por eso hablamos de los estados nacionales, pero ese discurso en la práctica no necesariamente se realizó de esa manera, quiero decir que hay construcciones de estados plurinacionales, sin embargo homogéneamente se instaló esa noción. Yo diría que seguimos en el marco de la modernidad planteando las alternativas de estado plurinacional.

Creo que lo que se está buscando ahí es que el respeto, el asumir esa diversidad cultural al interior de un Estado permite también que ese Estado conviva  en Paz Social, por ejemplo, y no entonces prolongar procesos de conflicto, prolongar situaciones de dominación donde una cultura dominante, termina siendo dominante en tanto no permite la expresión de otras culturas.

En el caso de Chile hoy, si bien este discurso hegemónico que existe todavía sobre el Estado de Chile y los chilenos ha ido cambiando significativamente y quizás el tema más complejo y más evidente de ello tiene que ver con el pueblo mapuche, que además hay una reivindicación importante ahí, y hay una diferencia política cuando se habla de pueblo mapuche y pueblo nación mapuche. Cuando se reivindica el carácter nacional de los mapuche se está diciendo que hay una discusión interesante de pensar el Estado chileno como un Estado también plurinacional, y eso es algo que han tomado comunidades del norte como Licanantay, Atacameña, Rapanui.

Cuando uno va a los colegios y puede ver estos actos cívicos y ahí hay un gran problema cuando los niños se disfrazan de Rapanui, de pueblos nortinos e incluso es una operación de esa manera, como un disfraz y quizás la lógica sería pensar cómo se rescatan, se ponen en valor tradiciones a nivel de lo regional.

En la discusión sobre está dentro de lo chileno un elemento muy importante es el patrimonio cultural en términos generales y en especial el patrimonio cultural inmaterial, que es una herramienta que ayuda a visibilizar esa diversidad cultural.