La víctima regresaba borracha de una fiesta en la madrugada del domingo. Esperaba el subterráneo en una estación de Estocolmo cuando cayó de la plataforma y quedó inconsciente tras golpearse contra la vía.

Un transeúnte que vio el accidente saltó tras él. Pero sus intenciones no eran altruistas. Lejos de asistirlo, le robó sus pertenencias y lo abandonó.

El hombre finalmente fue arrollado por un tren. La cadena TV3 informó que sufrió heridas graves y tuvieron que amputarle el pie izquierdo, pero sobrevivió.

Pero su falta de escrúpulos no terminó ahí. Salió tranquilamente de la estación y saludó al vendedor de boletos, como si nada hubiese pasado. Mientras, un tren atropellaba a su víctima.