La cerveza es una de las bebidas
más populares en todo el mundo. Vista desde una perspectiva científica,
una cerveza es un extraordinario ejemplo de la evolución biológica. Al
fin y al cabo esta bebida es el resultado de la colaboración entre dos
especies, el ser humano y una levadura. Ambas descienden de un mismo
ancestro común y tuvieron que evolucionar por separado, durante millones
de años, antes de juntarse para crear la cerveza.
En los últimos años, las pequeñas
compañías que elaboran sus propias ediciones de cerveza artesanal se han
convertido en todo un fenómeno. Jason Osborne decidió aprovecharse de esto para despertar el interés de los no-científicos en la paleontología.
Osborne trabaja en el Instituto Médico
Howard Hughes, en Virginia, Estados Unidos, donde se dedica a diseñar
instrumental de laboratorio. Además, es un apasionado de los fósiles. Ha
desenterrado muchos y en 2010 fundó PaleoQuest,
una organización sin ánimo de lucro dedicada a impulsar el avance de la
paleontología y de la geología y a incrementar el interés de la
sociedad por el estudio de los fósiles.
Osborne pensó que una buena forma de
conseguir ésto último sería fabricar una “paleo cerveza”. A sabiendas de
que la levadura –el organismo responsable de convertir el azúcar en
alcohol– está en todas partes, se preguntó si existiría en los fósiles
que él había descubierto alguna cepa que pudiese utilizar para fabricar
esta bebida.
Osborne contactó con Jasper Akerboom, microbiólogo y fundador de la compañía cervecera Lost Rhino Brewing Company, en Virginia, para que le ayudase a encontrar la levadura y éste se puso a trabajar de inmediato.
Akerboom se fue al archivo del Museo Marítimo Calvert, en Maryland, donde se guardan algunos de los fósiles descubiertos por Osborne y consiguió aislar Saccharomyces cerevisiae -
la levadura conocida por cerveceras en todo el mundo- del fósil de una
ballena extinta. Los huesos del cetáceo tienen alrededor de 35 millones
de años.
Con el microorganismo en su poder, fabricó la cerveza. Según los que la han probado, la Bone Dusters Paleo Brew, que así es como la han bautizado, es
una cerveza difícil de clasificar. Tiene un regusto dulce y entre 4 y 5
grados de alcohol. La bebida se puede probar en su local de Virginia y
la idea es ofrecerla también a sus distribuidores pero es probable que
tarde en estar disponible fuera de Estados Unidos.
Si Osborne ha logrado su objetivo de
despertar el interés de la gente por la paleontología no se sabe. Lo que
sí logró fue la atención de la prensa de todo el mundo que se hizo eco
de su exótica cerveza. Entre ellos, la cadena NPR, que decidió filmar la historia y crear este precioso vídeo.
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