Chile, uno y diverso

05 Agosto 2012

Columna sobre la verdadera Regionalización de la directora de Corbiobío Liliana Lamperti.

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Un aspecto clave de la descentralización es que constituye un modo para distribuir la responsabilidad del poder y, como consecuencia, que cada región se haga cargo de su propio desarrollo. La descentralización, al transferir a los gobiernos locales atribuciones, recursos, información y decisiones, descongestiona el proceso de gobierno y anula la centralización improductiva. La distribución del poder implica el reconocimiento de que hay fuerzas activas para gobernar mejor “la propia región”.

Los gobiernos locales son el medio a través del cual el pueblo procura los servicios por si mismo, tomando parte activa y constructiva en los asuntos públicos, decidiendo dentro de los límites que permite, la política nacional y los recursos locales.

El Estado, por tanto, es una conjugación de fuerzas regionales y descentralizadas que le dan vida como la organización política de la sociedad y como el garante de la unidad civil de la nación. Lo nacional y lo regional son esferas de poder que se manifiestan como fuerzas que forman parte del conjunto del Estado para configurar un sistema de relaciones interdependientes.

La Constitución Chilena es la única que limita la autonomía de las regiones, de ella emanan todos los estatutos de autonomía, en donde claramente dice que Chile es una unidad indivisible. Nadie debe creer que la autonomía regional es contrapuesta a la unidad de país, sino más bien, es la sustentación de como las regiones componen el todo país.

El Gobierno Nacional y los Gobiernos Regionales, deberán asumir su propio rol y cumplir con su papel, en pos de alcanzar los objetivos superiores por el bien del país. El traspaso a las regiones de los servicios y organismos operativos del Gobierno Central, deberá ir acompañado de los recursos correspondientes, única manera de hacer que cada Gobierno Regional tome la total responsabilidad en la generación y cumplimiento de los programas de desarrollo que se asuman y comprometan el crecimiento de la región y del país.

En cada región deberá estar presente el Gobierno Nacional a través de sus servicios y organismos operativos, debidamente estructurados bajo la idea de regionalizar y descentralizar sus funciones y toma de decisiones. Todos con la camiseta puesta de la región que deben atender.

Chile, uno y diverso, será el slogan que deberá acompañar permanentemente el camino que conduzca a la verdadera regionalización del país.