“Cantidad”, la otra arista del conflicto estudiantil

“Cantidad”, la otra arista del conflicto estudiantil

25 Noviembre 2011

Si hoy en día son miles los “estudiantes endeudados” que han salido a las calles a manifestarse, no es de extrañar que en los próximos años sean miles los “egresados endeudados y desempleados”.

Claudio Salamanca >
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Detrás de las principales demandas de los estudiantes como lo son el fin efectivo al lucro, el aseguramiento de la calidad, el fin del endeudamiento y el fortalecimiento de la educación publica, surge un nuevo dilema: “la cantidad”.

Según el informe Índices 2012 elaborado por el Consejo Nacional de Educación, la oferta de carreras de nivel superior aumentó un 54% en el periodo 2005-2011. Durante el mismo periodo el incremento de la matrícula de primer año de carreras técnicas duplicó al de las carreras profesionales con crecimientos de  un 99% y  41% respectivamente.  Mientras que los aranceles promedio de primer año aumentaron un 2,6% en IP, un 20, 5% en CFT y un 15% en las universidades.

Estas cifras macros demuestran que el sistema de educación superior chileno sigue creciendo vigorosamente, destacando el mayor crecimiento de los programas de carreras técnicas, lo cual es positivo ya que viene a revertir la proporción inversa entre la cantidad de técnicos versus profesionales que existe en el país. Sin embargo al observar el detalle de este informe salta a la vista la falta de regulación y planificación con la que se está desarrollando el sistema.

Dentro de los datos que llaman la atención se encuentran por ejemplo, que de las 15 carreras con mayor numero de matricula en primer año, los dos primeros lugares corresponden a la carrera de Técnico Superior en Enfermería con 3.476 matriculados en el I.P. AIEP y 3.168 en CFT Santo Tomás sólo en el primer año, alcanzando una matricula total a nivel nacional de 48.601 estudiantes para la misma carrera, mientras que la matricula total de Enfermería de nivel universitario se empina en los 36.011 matriculados. Se observa además que los porcentajes de acreditación para ambas carreras son bajos, ya que la Carrera de Técnico en Enfermería alcanza solo un 10,3% de programas acreditados respecto del total de carreras vigentes, mientras que enfermería alcanza un 22,1%.

Otra de las carreras profesionales donde hace un par de años se encendió la alarma es Derecho, donde la matricula total a nivel nacional alcanza ya los 36.910 estudiantes. Le siguen Enfermería, Ingeniería Comercial con 35.094, Psicología con 25.912 y Kinesiología con 25.074.

En la acreditación de carreras agrupadas por área del conocimiento, solo educación alcanza un 43% de programas acreditados, mientras que el resto de áreas no alcanza ni siquiera el 20%,  allí se encuentran salud con un 13%, derecho 5%, ciencias 10%, tecnología 10%, arte y arquitectura 13%, administración y comercio 8%, entre otras.

Las diferencia entre el costo de los aranceles es otro punto a analizar, la carrera de Ingeniera en Construcción alcanza la diferencia más amplia entre los costos de aranceles, siendo el más económico de $1.250.000 y el más caro de $6.800.000, con lo que la diferencia porcentual es de un 444%.  Le siguen Ingeniería en Administración de Empresas con diferencias de un 370%, Ingeniería Comercial 306% y  Psicología 263%.

El mercado actualmente se regula de acuerdo a la rentabilidad que obtienen las instituciones de educación superior al impartir ciertas carreras y no en relación a las opciones laborales reales que tendrán los estudiantes al momento egresar o las necesidades futuras del país de contar con estos profesionales. El aumento desregulado en el número de carreras está provocando que se sature rápidamente el campo laboral de muchas profesiones, con lo cual cientos de jóvenes recién egresados no logran trabajar en lo que estudiaron, perciben bajos sueldos, tienen trabajos precarios, trabajan solo por jornadas parciales o simplemente caen en el desempleo. Si a ello sumamos el hecho de que un gran numero de estudiantes egresados terminan sus carreras con millonarias deudas, el panorama no resulta nada alentador. Menos aún si consideramos que estos profesionales tendrán que optar a estudios de postgrados, especializaciones y perfeccionamientos para poder mejorar sus opciones laborales.

Las estadísticas demográficas indican que la población chilena está envejeciendo, por lo tanto es ahora cuando existe la oportunidad única en el país de preparar el capital humano idóneo y necesario para enfrentar los retos del futuro. Pero generar una sociedad del conocimiento no significa solamente que todos vayan a la universidad, sino que involucra además una planificación previa, para que finalmente los recursos monetarios, tiempo y sacrificio que invierten miles de familias y estudiantes, así como también el Estado, contribuyan de manera cierta al desarrollo de Chile.  Llegar a tener un numero critico de profesionales desempleados, es el peor negocio que se puede generar para el país, aunque claro está, para algunos el negocio de la educación ha resultado altamente rentable.

Hoy en día se habla de que el mercado se regula solo, pero para muchos estudiantes egresados el mercado no se regulará lo suficientemente rápido. Es necesario estar alerta por las consecuencias sociales y sicológicas que este panorama puede generar en la población. Si hoy en día son miles los “estudiantes endeudados” que han salido a las calles a manifestarse, no es de extrañar que en los próximos años sean miles los “egresados endeudados y desempleados” los que nuevamente protesten contra un sistema que hasta el momento nadie se ha preocupado de corregir.