Usted no encaja en el perfil

Usted no encaja en el perfil

03 Diciembre 2010
Sí, definitivamente no encajaba en el perfil del nuevo SERNAM.Tatiana Hernández Comandari. Observatorio de Género y Equidad.
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Soy una profesional de las ciencias sociales, formada en la Universidad de Chile (léase casa de estudios de pensamiento crítico), de izquierda, feminista (algo altamente extremista para "la nueva forma de gobernar") y experta en género (perspectiva de trabajo y análisis incomprendida en la actual administración). Sí, definitivamente no encajaba en el perfil del nuevo SERNAM.
En febrero ya un político de izquierda nos decía que la derrota de la Concertación y las fuerzas de izquierda significaría un retroceso en las perspectivas democratizadoras que se habían impulsado.
Efectivamente, el "gobierno del cambio" significa un retroceso feroz en lo que respecta el ejercicio pleno de los derechos ciudadanos y humanos de las chilenas.
No sé por dónde partir, porque la inconsistencia del gobierno de la Alianza por Chile es tremenda. Se dice que el objetivo principal de esta administración es aumentar la participación laboral femenina. Se viste un proyecto de sociedad que busca reforzar las relaciones tradicionales de poder entre hombres y mujeres y la división sexual del trabajo con conceptos subversivos del orden patriarcal, como lo es la autonomía de las mujeres. Sí, no encajo.
Se dice buscar la autonomía económica de las mujeres, cuando no se les garantiza la autonomía de sus cuerpos. Sin el desarrollo de esta conciencia es imposible ser autónoma en otros aspectos. SERNAM tendrá un programa "pro vida", nada más inconsistente para una institución que fue pensada por el movimiento de mujeres y feminista. Es una institución cuyo presupuesto emana del bolsillo de todos/as los/as chilenos/as y actualmente se busca proyectar una moral privada, de un sector de la sociedad a toda la sociedad. Sí, no encajo.
SERNAM es una institución para todas las mujeres y no sólo para aquellas cuyo proyecto de vida por elección o falta de oportunidades, sea el ser madres y –principalmente- sólo eso.
Recuerdo un correo electrónico que envié a las nuevas autoridades argumentando mi preocupación respecto de los mensajes inconsistentes que estábamos entregando a las mujeres. Recibí un “mensaje tipo” de respuesta. Sí, no encajo.
La razón de mi despido fue “no nos parece la forma de relacionarse que Tatiana tiene con las empresas”. Siempre me resistí a trabajar con empresas que no garantizan un piso mínimo de respeto a los derechos laborales de las mujeres. "Trabajo decente" era el piso mínimo para trabajar, al menos para el gobierno de la Presidenta Bachelet, que es cuando se creó la "Unidad de Buenas Prácticas Laborales" en la que trabajaba. Piso mínimo que no tuvo el mismo significado para la nueva administración. Es cosa de mirar dónde están las mujeres empleadas durante este año y analizar los reportes que la Dirección del Trabajo realiza respecto de los derechos laborales vulnerados. Conclusión de esta mirada: la relación es altamente significativa.
Otras compañeras fueron despedidas por “necesidades de la empresa”. ¡Qué manera de faltar el respeto a las funcionarias públicas con sentido de Estado! Estos son los lapsus o el "desviste del lobo" que dan cuenta que la Alianza por Chile piensa que el Estado es una gran empresa y que obedece a intereses privados y no colectivos. Sí, no encajo. Y estoy orgullosa por ello.
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