Bienvenido al TropiConce

-Lleva chaqueta, puede que llueva.
-No creo, si igual está lindo el día.
-Por último ponte un chaleco.
-Ya, si igual no creo que llueva.
Ese día llovió.
Para cualquier residente del Gran Concepción le es normal que llueva. El agua ya no es razón para anegarse en casa. Inclusive, es parte importante del paisaje, porque le otorga un tono grisáceo decorativo característico, sobrio.
Aun así, no recuerdo otro año donde el tiempo se haya portado como cual quinceañero hormonal; jodidamente inestable.
Acá, nadie debería avergonzarse de salir con paraguas cuando no llueve, pasa siempre. O de no salir abrigado cuando se viene el temporal.
Hay temporales destructivos, que rompen techos, botan árboles y cortan la luz, luego vienen días de esos para salir a pololear, ¿quién se lo imagina? Nadie, es impredecible.
El ‘tropiConce’ actúa silenciosamente y sin respeto por autoridad climática alguna, está bien, es una ciudad lluviosa, pero nadie avisó que también es furiosa.
No hay a quién alegarle, así es Concepción y pese a ello, me encanta.
Foto
-hercules.gcsu.edu