Con el miedo a la condenación eterna, es decir, al infierno, se han podido hacer buenos negocios en todos los tiempos y también actualmente. El “pecado mortal” y “la condenación eterna”. ¿No son acaso trampas magnéticas de la Iglesia, especialmente la Iglesia católica, la que ha recogido sus óbolos literalmente a través del miedo de los fieles al fuego del infierno?.
Los perjudicados por todo ello eran por supuesto los fieles, ya que quien tomaba en serio la
enseñanza de la iglesia en esa materia y disponía aún de una conciencia intacta, perdía la
alegría de vivir.
En un pasaje del libro “Delito Vaticano. Jesús acusa”, el autor Uli Weyland pone en boca de
Jesús el siguiente párrafo: “Yo prediqué el Reino de Dios, la Iglesia ha predicado el infierno.
El Dios con el que amenaza está organización es el del Antiguo Testamento y no el de mi
Buena Nueva. En lugar de amor y misericordia introduce temor en los corazones de las
personas, viola el alma y el entendimiento.”
La trágica riqueza de las Iglesias se basa en sangre y miedo. En el hecho de que las ricas
Iglesias han cooperado con los ricos y con las personas influyentes, así como con los diferentes gobiernos de diversos países, se puede ver que las iglesias en su mayoría, están a favor de los ricos.
Desde tiempos inmemoriales la Iglesia “cristiana” afirma que ha sido fundada por el propio Jesús. De ello toman su legitimación, es decir que con esa estrategia, para justificar que son cristianos, han incorporado al gran maestro de la libertad Jesús y parte de Su magnífica enseñanza a su mezcla teológica intelectual. Las enseñanzas de Jesús no son tan importantes para ellos, lo principal es que el dinero suene y llene las cuentas bancarias. El dinero confiere poder y con él se exhibe y se ejerce el poder.
Pero Cristo fundó en Jesús verdaderamente una religión interna. Y debido a que Su enseñanza dejó de vivirse y enseñarse después de los primeros tiempos del cristianismo; debido a que se formó un sistema externalizado de Iglesia, en el que ya no sopla el Espíritu de Dios, al oír ahora Su Palabra, por decirlo así Su Palabra actual pronunciada por boca de un profeta, han vuelto a surgir personas que se han puesto en camino para encontrarle nuevamente a Él, la vida verdadera, la vida universal, en sí mismas y en todo ser. Su camino es el Camino Interno que conduce al corazón de Dios y que se basa en los Diez Mandamientos de Dios y en el Sermón de la Montaña de Jesús.
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