La Peligrosidad de los Mensajes Subliminales

10 Julio 2010
Es natural que existan diferencias de pensamiento, opiniones, sentimientos, afectividad y discordia inclusive en una sociedad diversa en la cual se permite discrepar como un derecho propio del
individuo. Por Hugo Pérez White
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Las opiniones que habitualmente emiten algunos personeros políticos, siempre tienen un trasfondo que llevan consigo un mensaje subliminal y dichas sutilmente para que surtan efectos sensoriales en los aludidos y de cuyos resultados y consecuencias se pretende sacar algún provecho mediático.
Conocemos el lenguaje dialéctico suspicaz, que permite manipular algunos temas que por una razón u otra, yacen en el subconsciente de quienes las emiten y en esta forma no quieren aparecer violentos,
porque pueden acarrear algunas reacciones como provocar urticaria en la epidermis de los aludidos.
Estos epítetos altisonantes que cada cierto tiempo remecen el ambiente político provocan respuestas inmediatas de las partes aludidas y este juego de palabras no hace otra cosa que alterar los ánimos de los ciudadanos que están en otra actitud, que quieren vivir en paz, en armonía y trabajar cada uno en sus quehaceres diarios tratando de mejorar sus condiciones de vida familiar y mantener las mejores
relaciones interpersonales con sus vecinos y la comunidad a la que pertenecen.
Las palabras dan motivo para ser interpretadas a su antojo por quienes se sienten aludidos y aunque quieran torcerle la nariz a nuestro idioma todas ellas tienen su significado explícito y su mal
uso puede herir sensibilidades y deteriorar las buenas relaciones que deben existir entre los ciudadanos y sus gobiernos motivo suficiente para ser cuidadosos en el uso de las palabras y no dejarlas al arbitrio de las interpretaciones.
En este mundo globalizado todas las opiniones subidas de tono son transmitidas al instante al mundo, por lo tanto hay que tener mucha cautela al momento de emitirlas para no verse involucrados en la polémica a la que ya nos estamos acostumbrando y que en variados tonos se ha insistido a no entusiasmarse con las descalificaciones, porque, sólo consiguen con esta metodología, perturbar las pasiones y aumentar la animosidad ambiental enrareciendo el aire que respiramos y con mayor razón si éstas vienen de autoridades en sus diversos niveles de responsabilidad.
Es natural que existan diferencias de pensamiento, opiniones, sentimientos, afectividad y discordia inclusive en una sociedad diversa en la cual se permite discrepar como un derecho propio del
individuo y ello no significa amedrentamiento físico ni sicológico entre las partes, como lo estamos percibiendo a diario, incluso a nivel familiar donde la intimidad de un hogar es mancillada
frecuentemente por las desavenencias que se producen llegándose incluso a atentar contra la vida de los protagonistas donde mayoritariamente la afectada es la mujer, la cónyuge o la pareja como
se acostumbra llamar ahora al vínculo de amor matrimonial.
Cordura, sensatez y respeto son elementos básicos para una sana convivencia.
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