La Sonrisa Contra el Miedo: “Al Viejo Hombre que lloró al reencontrarse con su Hijo“

La Sonrisa Contra el Miedo: “Al Viejo Hombre que lloró al reencontrarse con su Hijo“

07 Mayo 2010
A más de sesenta días los miedos siguen instalados y sólo han cambiado de cara. Hoy tienen rostro de cesantía, de hambre, de desesperanza , de frío, de lluvia. Los Amigos de Talcahuano
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El adagio popular señala que las desgracias nunca vienen solas y el caso de Talcahuano respeta y no traiciona el decir popular. El terremoto sólo fue el intimidante comienzo al que prontamente se sumaron los daños físicos, la falta de servicios básicos y, sobre todo, la instalación del miedo como un acompañante que se resiste a abandonar el lugar. Miedo a no saber qué había pasado, miedo a la situación de los seres queridos ausentes, miedo al recuerdo de los anteriores terremotos, miedo a los saqueadores y , más que todo, miedo a lo que vendrá.
A más de sesenta días los miedos siguen instalados y sólo han cambiado de cara. Hoy tienen rostro de cesantía, de hambre, de desesperanza , de frío, de lluvia. Todos tienen miedo al miedo que se cuela por las puertas de las casas que permanecieron indemnes, pero también traspasa la entrada de cada una de las carpas que se han instalado en El Morro y Santa Clara en donde los padres juegan a engañar a sus niños diciéndoles que no tienen miedo y que mañana será un día mejor ; aún cuando sepan que no es así y ellos tengan todavía más miedo de tener miedo a un futuro que no les responde si podrán darle comida a sus hijos, si en esa carpa pasarán mucho tiempo, si mañana se levantarán para ir a trabajar, si tendrán ropa seca. El miedo los/nos iguala.
Es un miedo que paraliza y que ataca el alma de cada uno , pero que se puede expulsar y ésa es tarea de los que estamos fuera de él ( del de Talcahuano porque nunca podemos arrancar del todo ), los que podemos mirar desde lejos y podemos actuar al igual como lo hizo la nieta que protegió y consoló a sus abuelos, el vecino que cuidó a los suyos y también a todos , la vecina que compartió el último litro de agua y los últimos tres panes para que todos tomaran café, los jóvenes que montaron guardia en torno a la fogata para que sus viejos pudieran descansar y al perro que fue más feroz que nunca para que los suyos no fueran atacados. A la distancia , pero con la misma pasión de estos anónimos héroes ( los que no salen en la tele ) se han sumado desde el sur LOS AMIGOS DE TALCAHUANO ( los que no quieren salir en la tele ) que todos los días se preocupan por encontrar la manera de regalar una sonrisa a los niños de ese puerto herido.
En Marzo viajaron 545 cepillos de dientes hacia las carpas del puerto, en Abril fueron 725 calzones/calzoncillos, en Mayo serán 500 pares de calcetines; pero más que objetos recolectados son intentos por dibujar una sonrisa que nos ayude a todos a expulsar el miedo, les ayude a recuperar la dignidad, nos ayude a recuperar el amor por los demás, les ayude a sentir que hay alguien interesado en ellos y , en definitiva, les/nos ayude a sentir que aún con terremoto la vida es lo mejor que nos puede ocurrir.
Necesitamos seguir consiguiendo sonrisas para que de una vez por todas el miedo sea desterrado de esas carpas , de esas casas y de esas vidas para ser reemplazado por la esperanza y la felicidad que se adentran por las calles montadas en una ola apacible que esta vez ilusiona a NUESTRO PUERTO HERIDO.
¡Aguante Talcahuano!
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