Con los dedos de una mano cuento los medios de comunicación chilenos que actualmente sigo sin vergüenza. Reúnen ciertas características, también contadas con los dedos de una mano, que me hacen no confiar 100% en lo que ahí se señala, pero sí poder nutrirme de noticias, reportajes y anécdotas sin sentirme culpable ni asqueado. Recalco lo de “una mano” puesto que las características que relataré no son excepcionales y recalco lo de asqueado, puesto que sí: muchos medios de comunicación actuales ni siquiera son digeribles, sino que causan asco.
Dentro de esta profesión que profeso y que quiero tanto me encuentro a menudo con la pregunta: ¿para esto estudiaron cinco años mis colegas? Esta interrogante aparece esporádicamente en mi cabeza cuando me enfrento a titulares aberrantes, compadrazgos lastimeros y un fanatismo de barra brava para con personajes del acontecer nacional o mundial. ¿Para esto estudiaron cinco años mis colegas? ¿Para correr detrás de un auto donde figura la modelo de turno post operación y consultar la cantidad de centímetros cúbicos de sus implantes?
Sucede que lo esporádico de esa interrogante ha comenzado a reducir los intervalos en los que aparece y se ha vuelto casi rutinario, casi diario, y escasamente diferenciable del siempre. No quiero anular a la mayor parte de mis colegas, a quienes respeto, a unos más que a otros, pero mientras escribo estas palabras los diarios se saturan de Barrientos, Larraínes y parejas que rompen en discotecas clasistas. Pero eso no es lo peor. Lo más terrible, lo que más me apena es ver la misma imbecilidad farandulera en crónicas locales, en reportajes de economía o en textos sobre política.
Cuando leo un titular como “Piñera a tono con Dios” pienso que de tener dinero compraría todos los ejemplares de ese diario y los quemaría en una plaza pública, cada día a la misma hora. Pero contaminar no es lo mío, como tampoco lo son las noticias repetidas, casi calcadas, que transmiten año a año los medios de comunicación: la primera guagua del año nuevo, vacaciones en Reñaca, la entrada a clases, los uniformes y los tacos de marzo, la subida de pasajes en semana santa, las inundaciones de junio, el 18 de septiembre responsable, las sequía en diciembre y el año nuevo que vuelve a traer nacimientos.
La mayoría de medios que aún estimo son en su mayoría regionalistas, de carácter ciudadano y en gran medida identificados con las noticias reveladoras (ojo, eso no es mucho pedir, al fin y al cabo son noticias, no secciones de un noticiero). La mayoría de los periodistas que estimo son incisivos y directos, pero sobre todo porque escuchan a sus entrevistados y no siguen una pauta rígida de preguntas esperando sólo que los minutos pasen para llegar a los comerciales.
Si de ejemplos se trata, para aquellos que les interese esto podría nombrar a ElMostrador como medio que siendo capitalino es mucho más regionalista que la gran mayoría de sitios web de noticias.
Siguiendo en la línea periodística de Santiago apoyo la labor de Daniel Matamala.
En el ámbito local prefiero por sobre todo ElConceCuente, diario online de estilo directo y con un amor tremendo por la Región del Biobío y las entrevistas que cada noche realiza Hector Velosoen TVU, de manera crítica, pero respetuosa y donde también demuestra un cariño formidable por ésta región.
Sigan mi consejo, no se van a arrepentir. ¿Y ustedes qué medios me sugieren?
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FOTO: senderodepaz.wordpress.com